El bacalao cocido con cebolla es un plato sencillo pero lleno de sabor, arraigado en la tradición culinaria de España y Portugal. Su popularidad reside en la facilidad de preparación, la accesibilidad de los ingredientes y, sobre todo, en el delicioso contraste entre la suavidad del bacalao y el dulzor caramelizado de la cebolla. A pesar de su aparente simplicidad, la clave para un bacalao cocido con cebolla excepcional reside en la calidad de los ingredientes, la técnica de cocción y, por supuesto, un toque de cariño.
La base de este plato, naturalmente, es el bacalao. Tradicionalmente, se utiliza bacalao salado, que requiere un proceso de desalado previo. Sin embargo, hoy en día, el bacalao desalado listo para cocinar está ampliamente disponible, lo que simplifica enormemente la preparación. La elección entre bacalao salado y desalado depende de la preferencia personal y del tiempo disponible. El bacalao salado, una vez desalado correctamente, suele tener un sabor más intenso y una textura más firme. El bacalao fresco también es una excelente opción, aunque el sabor será diferente, más suave y menos "a bacalao".
La cebolla es el otro componente fundamental. La variedad de cebolla utilizada, así como la forma en que se cocina, influyen significativamente en el resultado final. Las cebollas dulces, como la cebolla blanca o la cebolla Vidalia, son ideales para este plato, ya que se caramelizan fácilmente y aportan un dulzor agradable. La cantidad de cebolla también es importante; una buena proporción es utilizar aproximadamente la misma cantidad de cebolla que de bacalao, o incluso un poco más. Algunos chefs optan por una mezcla de diferentes tipos de cebolla para añadir complejidad al sabor.
Además del bacalao y la cebolla, se necesitan ingredientes básicos como aceite de oliva virgen extra, ajo (opcional, pero recomendable), sal y pimienta. Algunas recetas incluyen pimentón dulce o picante para añadir un toque de sabor adicional. También se pueden añadir hierbas frescas, como perejil o cilantro, al final de la cocción para darle frescura al plato.
Si se utiliza bacalao salado, el desalado es un paso crucial que requiere paciencia y atención. El proceso consiste en sumergir el bacalao en agua fría durante 24-48 horas, cambiando el agua cada 6-8 horas. La duración exacta del desalado depende del grosor del bacalao y de su nivel de salinidad. Es importante probar el bacalao durante el proceso de desalado para asegurarse de que no quede demasiado salado. Un desalado incorrecto puede arruinar el plato.
Un error común es utilizar agua caliente para acelerar el proceso de desalado. Esto puede ablandar demasiado el bacalao y alterar su textura. Lo ideal es utilizar agua fría y mantener el bacalao refrigerado durante el desalado para evitar el crecimiento de bacterias.
Existen varias formas de cocinar el bacalao para este plato. La técnica más tradicional es cocerlo en agua hirviendo durante unos minutos, hasta que esté tierno pero no recocido. Otra opción es cocinarlo al vapor, lo que ayuda a preservar su sabor y textura. También se puede cocinar al horno, aunque esta técnica requiere un poco más de tiempo y atención para evitar que el bacalao se seque.
Independientemente de la técnica de cocción elegida, es importante no sobrecocinar el bacalao. El bacalao sobrecocido se vuelve seco y correoso. El punto ideal de cocción es cuando el bacalao se desmenuza fácilmente con un tenedor.
El sofrito de cebolla es la clave para un bacalao cocido con cebolla delicioso. El sofrito debe cocinarse a fuego lento durante un tiempo prolongado, hasta que la cebolla esté suave, transparente y ligeramente caramelizada. Este proceso libera los azúcares naturales de la cebolla y le da un sabor dulce y profundo.
Para preparar el sofrito, se calienta aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio-bajo. Se añade la cebolla picada y se cocina lentamente, removiendo ocasionalmente, hasta que esté dorada y caramelizada. Este proceso puede tardar entre 30 y 45 minutos. Es importante no quemar la cebolla, ya que esto le dará un sabor amargo al plato.
Algunos chefs añaden ajo picado al sofrito en los últimos minutos de cocción para darle un toque de sabor adicional. También se pueden añadir hierbas frescas, como tomillo o romero, para aromatizar el sofrito.
Una vez que el bacalao esté cocido y el sofrito de cebolla esté listo, se combinan ambos ingredientes en una sartén o cacerola. Se añade un poco de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto. Se cocina a fuego lento durante unos minutos, removiendo suavemente, para que los sabores se mezclen.
El bacalao cocido con cebolla se sirve caliente, acompañado de pan crujiente para mojar en la salsa. Se puede decorar con perejil o cilantro picado. Algunas personas prefieren añadir un chorrito de limón o vinagre al plato para darle un toque de acidez.
La presentación del plato es importante. Se puede servir en una bandeja grande o en platos individuales. Es importante asegurarse de que el bacalao y la cebolla estén bien distribuidos y que la salsa cubra todo el plato.
El bacalao cocido con cebolla tiene muchas variaciones regionales. En algunas regiones, se añade tomate al sofrito de cebolla. En otras, se utiliza pimentón ahumado para darle un sabor más intenso. También hay variaciones que incluyen pimientos, aceitunas o alcaparras.
Una variación moderna es añadir un toque de vino blanco o jerez al sofrito de cebolla. Esto le da un sabor más complejo y sofisticado al plato. También se puede añadir un poco de nata o leche de coco al final de la cocción para darle una textura más cremosa.
También existen versiones más elaboradas del plato, que incluyen la adición de patatas, huevos duros o incluso chorizo. Estas variaciones son más contundentes y se sirven como plato principal.
El bacalao cocido con cebolla es un plato relativamente saludable. El bacalao es una excelente fuente de proteínas magras, vitaminas y minerales. La cebolla también es rica en nutrientes y antioxidantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el bacalao salado puede ser alto en sodio, por lo que es importante desalarlo correctamente.
El aceite de oliva virgen extra es una grasa saludable que aporta beneficios para la salud cardiovascular. Sin embargo, es importante utilizarlo con moderación, ya que es alto en calorías.
Para hacer el plato aún más saludable, se puede utilizar menos aceite de oliva y cocinar el bacalao al vapor en lugar de cocerlo en agua hirviendo. También se puede añadir más verduras al plato, como pimientos o tomates.
El bacalao cocido con cebolla marida bien con una variedad de vinos blancos secos. Un vino blanco ligero y afrutado, como un Albariño o un Verdejo, complementa bien el sabor suave del bacalao y el dulzor de la cebolla. Un vino blanco más complejo y con cuerpo, como un Chardonnay o un Viognier, también puede ser una buena opción, especialmente si el plato tiene un toque de tomate o pimentón.
También se puede maridar el bacalao cocido con cebolla con un vino rosado seco. Un rosado ligero y afrutado, como un Garnacha Rosado, complementa bien el sabor del plato y le da un toque refrescante.
El bacalao, mucho más que un simple ingrediente, ocupa un lugar destacado en la cultura gastronómica de España y Portugal. Su versatilidad y capacidad de adaptación lo han convertido en protagonista de innumerables platos, desde los más humildes hasta los más sofisticados. Su historia, ligada a la tradición pesquera y a la necesidad de conservar alimentos durante largos periodos, lo ha imbuido de un simbolismo especial, representando la frugalidad, la supervivencia y la conexión con el mar.
En Portugal, se dice que existen más de 365 recetas diferentes de bacalao, una para cada día del año. Desde el clásico "bacalhau à brás" (bacalao desmigado con patatas paja y huevo revuelto) hasta el "bacalhau com natas" (bacalao con nata y patatas), el bacalao es un ingrediente omnipresente en la cocina portuguesa. Se consume en celebraciones familiares, en restaurantes de alta cocina y en tascas tradicionales, siempre con el mismo fervor y aprecio.
En España, el bacalao también es un ingrediente muy apreciado, especialmente durante la Semana Santa y la Navidad. El "bacalao al pil pil" (bacalao confitado en aceite de oliva con ajo y guindilla) es un plato emblemático de la cocina vasca, mientras que el "bacalao a la vizcaína" (bacalao con salsa de tomate, pimientos choriceros y cebolla) es un clásico de la cocina española en general. El bacalao se consume frito, a la plancha, al horno, en croquetas, en buñuelos y en una infinidad de otras preparaciones, demostrando su increíble versatilidad.
La sostenibilidad de la pesca del bacalao es una preocupación creciente. La sobrepesca ha diezmado las poblaciones de bacalao en algunas regiones, lo que ha llevado a la imposición de cuotas y regulaciones para proteger la especie. Es importante consumir bacalao procedente de fuentes sostenibles, certificado por organizaciones como el Marine Stewardship Council (MSC).
En cuanto a las nuevas tendencias, los chefs están experimentando con nuevas formas de cocinar el bacalao, utilizando técnicas innovadoras como la cocción al vacío o la fermentación. También se están creando nuevos platos que combinan el bacalao con ingredientes exóticos y sabores inesperados. El futuro del bacalao en la cocina es prometedor, siempre y cuando se garantice la sostenibilidad de la pesca y se siga innovando en la creación de nuevas recetas.