Cabrito Guisado Asturiano: Un Plato de Fiesta con Sabor Auténtico

ElCabrito Guisado a la Asturiana no es simplemente un plato; es una experiencia, un viaje a las raíces de la gastronomía del norte de España. En Asturias, tierra de paisajes verdes y montañas imponentes, la cocina se caracteriza por su autenticidad y el uso de ingredientes locales de la más alta calidad. Dentro de este rico panorama culinario, el cabrito guisado emerge como una joya, una receta transmitida de generación en generación, que evoca reuniones familiares alrededor del fuego lento y el disfrute de sabores profundos y reconfortantes.

Más que una Receta: Un Legado Cultural en Cada Bocado

Para comprender la esencia del cabrito guisado a la asturiana, debemos ir más allá de la mera lista de ingredientes y pasos a seguir. Este plato representa la conexión ancestral del pueblo asturiano con su tierra y sus animales. El cabrito, criado en los montes y alimentado con pastos naturales, ofrece una carne de sabor delicado y textura tierna, que se convierte en el protagonista indiscutible de esta preparación. El guiso, cocinado lentamente con verduras frescas y un toque de vino blanco, no solo realza el sabor del cabrito, sino que también lo impregna de aromas y matices que hablan de la tierra asturiana.

Ingredientes de Calidad: La Base de un Plato Excepcional

La exquisitez del Cabrito Guisado a la Asturiana reside en la selección meticulosa de sus ingredientes. No se trata de usar cualquier cabrito, ni cualquier verdura. La receta tradicional exige:

  • Cabrito Lechal: Este es el ingrediente estrella. Se recomienda utilizar cabrito lechal, es decir, un cabrito joven, alimentado exclusivamente con leche materna. Su carne es extremadamente tierna, jugosa y de sabor suave, prácticamente sin grasa. El peso ideal suele rondar entre los 4 y 6 kilos, aunque esto puede variar ligeramente según la receta familiar y la disponibilidad. Es crucial pedir al carnicero que nos proporcione el cabrito troceado, en porciones adecuadas para guisar. Las piezas más apreciadas para el guiso suelen ser las costillas, la paletilla y el cuello, aunque se puede utilizar el cabrito entero troceado.
  • Cebolla: La base aromática del guiso. Se necesitan cebollas blancas o amarillas, de tamaño mediano, que aporten dulzor y profundidad al sabor. La cantidad puede variar según la receta, pero generalmente se utilizan dos o tres cebollas grandes por cada cabrito de 4-6 kilos. La cebolla debe ser picada finamente para que se deshaga durante la cocción y forme parte integral de la salsa.
  • Pimiento Verde y Rojo: Aportan color, sabor y un toque ligeramente dulce. Se utilizan pimientos verdes italianos y pimientos rojos carnosos. La proporción suele ser similar, uno o dos pimientos de cada color, según su tamaño. Al igual que la cebolla, deben ser picados en trozos pequeños para que se integren bien en el guiso. Algunas recetas tradicionales utilizan pimiento choricero seco, remojado y raspado para extraer su carne, aportando un sabor más intenso y ahumado.
  • Tomate Maduro: El tomate es esencial para la salsa, aportando acidez, dulzor y cuerpo. Se utilizan tomates maduros y carnosos, preferiblemente de pera o rama. Se pueden utilizar tomates frescos rallados o tomate triturado en conserva de buena calidad. La cantidad varía, pero suele ser alrededor de medio kilo de tomates por cabrito. Algunas recetas incorporan tomate concentrado para intensificar el sabor y el color.
  • Ajo: Imprescindible para dar un toque de pungencia y aroma. Se utilizan varios dientes de ajo, entre 4 y 6, según el gusto. El ajo se puede picar finamente o laminar, e incluso machacar ligeramente para liberar mejor su sabor. Se añade al principio del sofrito, junto con la cebolla.
  • Vino Blanco: El vino blanco seco es un ingrediente clave para desglasar la cazuela y aportar acidez y complejidad al guiso. Se recomienda utilizar un vino blanco de calidad media, preferiblemente un vino blanco seco asturiano o un vino blanco gallego como el Albariño. La cantidad suele ser una copa generosa, alrededor de 200 ml, por cabrito.
  • Caldo de Carne o Agua: El líquido de cocción es fundamental para mantener el guiso jugoso y permitir que los sabores se mezclen. Se puede utilizar caldo de carne casero o de buena calidad, o simplemente agua. La cantidad dependerá de la receta y del tiempo de cocción, pero se debe añadir suficiente líquido para cubrir el cabrito y las verduras durante el guisado.
  • Aceite de Oliva Virgen Extra: La grasa para sofreír y cocinar el guiso. Es fundamental utilizar aceite de oliva virgen extra de buena calidad, que aporta sabor y salud. La cantidad necesaria es la justa para sofreír las verduras y sellar el cabrito, sin que el guiso quede grasiento.
  • Hierbas Aromáticas: El laurel y el tomillo son las hierbas aromáticas más tradicionales en el Cabrito Guisado a la Asturiana. El laurel aporta un aroma profundo y ligeramente amargo, mientras que el tomillo añade un toque fresco y terroso. Se utilizan unas hojas de laurel y unas ramas de tomillo fresco o seco, que se añaden al guiso durante la cocción. Otras hierbas aromáticas que se pueden utilizar, aunque menos tradicionales, son el romero y el perejil fresco picado al final.
  • Especias: La pimienta negra recién molida y la sal son las especias básicas. La pimienta negra aporta un toque picante y aromático, mientras que la sal realza los sabores. Se debe salpimentar el cabrito antes de sellarlo y rectificar de sal al final del guiso. Algunas recetas añaden una pizca de pimentón dulce o picante para dar un toque extra de sabor y color.

Elaboración Paso a Paso: Paciencia y Sabor a Fuego Lento

La preparación del Cabrito Guisado a la Asturiana requiere tiempo y paciencia. Es un plato que se cocina a fuego lento, permitiendo que los sabores se desarrollen y se fusionen de manera armoniosa. Los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Preparación del Cabrito: Si el cabrito no está ya troceado, se procede a cortarlo en porciones de tamaño similar. Se sazona generosamente con sal y pimienta negra recién molida. Este paso es fundamental para que la carne absorba los sabores desde el principio.
  2. Sofrito de Verduras: En una cazuela grande y preferiblemente de barro, se calienta aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Se añade la cebolla picada y se cocina lentamente, removiendo de vez en cuando, hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Este proceso puede llevar unos 10-15 minutos. A continuación, se añaden los pimientos verde y rojo picados y el ajo laminado o picado. Se cocina todo junto, removiendo ocasionalmente, hasta que los pimientos estén tiernos, unos 10 minutos más. Es importante que el sofrito se cocine a fuego lento para que las verduras se caramelicen ligeramente y liberen todos sus sabores.
  3. Sellado del Cabrito: Una vez que el sofrito esté listo, se sube el fuego a medio-alto. Se añade el cabrito troceado a la cazuela, en tandas si es necesario para no bajar la temperatura del aceite. Se sella el cabrito por todos lados, dorándolo ligeramente. Este paso es crucial para sellar los jugos de la carne y darle un bonito color dorado.
  4. Desglasado con Vino Blanco: Cuando el cabrito esté sellado, se baja el fuego a medio. Se vierte el vino blanco en la cazuela y se raspa el fondo con una cuchara de madera para levantar los jugos caramelizados que se hayan pegado. Se deja que el vino se evapore ligeramente, reduciendo un poco. Este proceso, conocido como desglasado, aporta un sabor intenso y complejo al guiso.
  5. Incorporación del Tomate y el Caldo: A continuación, se añade el tomate rallado o triturado a la cazuela. Se cocina todo junto durante unos minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que el tomate pierda su acidez y se integre con el resto del sofrito. Se añaden las hojas de laurel y las ramas de tomillo. Se cubre el cabrito y las verduras con caldo de carne o agua, asegurándose de que el líquido llegue casi a cubrir la carne, pero sin sobrepasarla completamente.
  6. Guisado a Fuego Lento: Se lleva el guiso a ebullición, se baja el fuego al mínimo, se tapa la cazuela y se deja cocinar lentamente durante al menos 2 horas, o hasta que la carne del cabrito esté extremadamente tierna y se separe fácilmente del hueso. Durante el guisado, se debe remover ocasionalmente y comprobar el nivel de líquido, añadiendo más caldo o agua si fuera necesario para evitar que se seque. El tiempo de cocción puede variar según el tamaño y la edad del cabrito, así como de la potencia del fuego. La paciencia es clave para obtener un guiso perfecto.
  7. Rectificación y Reposo: Una vez que el cabrito esté tierno, se retira la cazuela del fuego. Se prueba el guiso y se rectifica de sal si es necesario. Se deja reposar el guiso durante unos minutos antes de servir, para que los sabores se asienten y se intensifiquen. El reposo es un paso importante para que el guiso alcance su máximo sabor.

Secretos y Consejos para un Cabrito Guisado Perfecto

Más allá de la receta básica, existen algunos secretos y consejos que pueden elevar nuestro Cabrito Guisado a la Asturiana a la categoría de plato sublime:

  • La Calidad del Cabrito: Como ya se ha mencionado, la calidad del cabrito es fundamental. Optar por cabrito lechal de origen local, si es posible, marcará la diferencia en el sabor y la textura del plato. No dudar en preguntar al carnicero sobre el origen y la alimentación del cabrito.
  • El Sofrito a Fuego Lento: Un buen sofrito es la base de cualquier guiso. Cocinar las verduras a fuego lento, permitiendo que se caramelicen y liberen todos sus aromas, es crucial para obtener un sabor profundo y complejo. No apresurar este paso.
  • El Sellado de la Carne: Sellar el cabrito antes de guisarlo ayuda a mantener la jugosidad de la carne y le da un bonito color dorado. Asegurarse de sellar bien todas las piezas por todos lados.
  • El Vino Blanco Adecuado: Utilizar un vino blanco seco de buena calidad, que complemente el sabor del cabrito y las verduras, es importante. Un vino blanco asturiano o gallego es una excelente opción.
  • El Guisado a Fuego Mínimo: La cocción lenta y a fuego mínimo es la clave para que el cabrito quede tierno y jugoso. El guiso debe "chup-chup" suavemente, sin hervir a borbotones. La paciencia es fundamental.
  • El Reposo Final: Dejar reposar el guiso unos minutos antes de servir permite que los sabores se asienten y se intensifiquen. Este paso, a menudo olvidado, marca la diferencia en el resultado final.
  • Variaciones Regionales y Familiares: Cada familia asturiana tiene su propia versión del Cabrito Guisado. Algunas recetas añaden patatas troceadas al guiso, otras incorporan setas de temporada, otras utilizan diferentes tipos de pimiento o hierbas aromáticas. Explorar las variaciones regionales y familiares puede enriquecer nuestra experiencia culinaria.
  • Maridaje Perfecto: El Cabrito Guisado a la Asturiana marida a la perfección con un vino tinto joven y afrutado, o con un vino tinto crianza ligero. Un vino tinto asturiano, como un vino de Cangas, es una excelente elección. También se puede acompañar con sidra asturiana natural, que refresca el paladar y complementa los sabores del guiso.
  • Guarniciones Tradicionales: Para acompañar el Cabrito Guisado a la Asturiana, se pueden servir patatas fritas caseras, patatas panaderas, arroz blanco o simplemente pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa. Una ensalada verde fresca también puede ser un buen contrapunto al plato principal.

Cabrito Guisado a la Asturiana: Un Plato para Compartir y Disfrutar

En definitiva, elCabrito Guisado a la Asturiana es mucho más que una simple receta. Es un plato que encierra la historia, la tradición y el sabor de una región. Es una invitación a disfrutar de la buena mesa, a compartir momentos especiales con familiares y amigos, y a conectar con las raíces de la gastronomía asturiana. Anímate a prepararlo en casa y descubre el placer de un guiso auténtico, lleno de sabor y cariño. El resultado te sorprenderá y te transportará directamente a los paisajes y sabores de Asturias.

Este plato, con su complejidad de sabores y su arraigo en la cultura asturiana, representa la culminación de un esfuerzo conjunto. Cada ingrediente, cada paso, ha sido cuidadosamente considerado para ofrecer una experiencia culinaria que sea a la vez auténtica y accesible. Desde la elección del cabrito lechal hasta el último toque de tomillo, cada detalle ha sido debatido y perfeccionado, buscando la armonía y el equilibrio en cada bocado. El resultado es un guiso que no solo alimenta el cuerpo, sino que también nutre el alma, conectándonos con la tradición y el sabor genuino de Asturias.

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