Cocido con Acelgas: Receta Tradicional con un Toque Saludable

El cocido, plato emblemático de la gastronomía española, admite infinitas variaciones. Esta versión, que incorpora acelgas, no solo añade un toque nutritivo y fresco, sino que también aligera el plato, haciéndolo más saludable sin sacrificar el sabor tradicional. A diferencia de los cocidos más pesados, esta receta busca un equilibrio entre la riqueza de sus ingredientes y la digestibilidad.

Ingredientes

  • Legumbres: 300g de garbanzos (remojados la noche anterior). Preferiblemente garbanzos castellanos por su textura cremosa.
  • Verduras: 1 manojo grande de acelgas frescas, 2 zanahorias medianas, 1 puerro, 1 cebolla mediana, 2 patatas medianas (opcional, para aligerar el plato aún más, se puede usar boniato en su lugar), 2 nabos pequeños.
  • Carnes: 200g de carne de ternera (morcillo o falda), 150g de tocino ibérico (preferiblemente fresco y no muy salado), 1 hueso de jamón (opcional, para dar más sabor al caldo), 1 chorizo (preferiblemente casero y no muy picante), 1 morcilla (opcional, para añadir un toque de sabor más intenso). Se puede sustituir parte de la carne por pollo o pavo para reducir la grasa.
  • Otros: Aceite de oliva virgen extra, sal, pimentón dulce (opcional), laurel, hebras de azafrán (opcional, para dar color y aroma al caldo).

Preparación

Paso 1: Preparación de los ingredientes

La clave de un buen cocido reside en la calidad de los ingredientes y en la preparación cuidadosa de cada uno de ellos. Comenzamos con los garbanzos. Tras el remojo de al menos 12 horas, los escurrimos y los reservamos. Este paso es crucial para que los garbanzos queden tiernos y se cocinen de manera uniforme. Si no se remojan adecuadamente, pueden quedar duros incluso después de una cocción prolongada.

Las acelgas se lavan a fondo, eliminando cualquier resto de tierra. Separamos las pencas de las hojas. Las pencas, que tardan más en cocinarse, las cortaremos en trozos más pequeños que las hojas. Las hojas las reservaremos para añadirlas al cocido en los últimos minutos de cocción, para que conserven su color y textura.

El resto de las verduras (zanahorias, puerro, cebolla, nabos y patatas o boniato) se pelan y se trocean en trozos medianos. Es importante que los trozos sean de tamaño similar para que la cocción sea uniforme.

La carne de ternera se corta en trozos grandes. El tocino se corta en trozos más pequeños. El chorizo y la morcilla se pinchan con un tenedor para evitar que revienten durante la cocción. Si se utiliza hueso de jamón, se lava para eliminar el exceso de sal.

Paso 2: Cocción del cocido

En una olla grande (preferiblemente una olla a presión, para reducir el tiempo de cocción), se colocan los garbanzos, la carne de ternera, el hueso de jamón (si se utiliza), el tocino, la cebolla, el puerro, las zanahorias y los nabos. Se cubre todo con agua fría (aproximadamente 3 litros). Es importante que el agua cubra todos los ingredientes para que se cocinen de manera uniforme.

Se lleva a ebullición y se desespuma cuidadosamente. La espuma que se forma en la superficie contiene impurezas que pueden enturbiar el caldo. Una vez eliminada la espuma, se añade una hoja de laurel y unas hebras de azafrán (si se utilizan). Se sala al gusto, teniendo en cuenta que el hueso de jamón y el tocino ya aportan sal.

Si se utiliza olla a presión, se cierra y se cocina durante aproximadamente 45 minutos a fuego medio. Si se utiliza olla tradicional, se cocina a fuego lento durante al menos 2 horas, o hasta que la carne y los garbanzos estén tiernos. Es importante vigilar el nivel de agua durante la cocción y añadir más si es necesario.

Pasado el tiempo de cocción, se abre la olla (con cuidado de liberar el vapor si se ha utilizado olla a presión) y se añaden las patatas o el boniato (si se utilizan), el chorizo y la morcilla. Se cocinan durante 15 minutos más.

Finalmente, se añaden las pencas de las acelgas y se cocinan durante 5 minutos. Se añaden las hojas de las acelgas y se cocinan durante 2 minutos más, hasta que estén ligeramente tiernas.

Paso 3: Presentación y servicio

El cocido se sirve tradicionalmente en tres vuelcos. En el primer vuelco, se sirve el caldo, que se puede tomar solo o con fideos finos. En el segundo vuelco, se sirven los garbanzos y las verduras. En el tercer vuelco, se sirven las carnes y los embutidos.

Es importante escurrir bien los garbanzos y las verduras antes de servirlos, para evitar que el caldo se diluya. La carne y los embutidos se pueden cortar en trozos más pequeños para facilitar su consumo.

Se puede acompañar el cocido con pan, salsa de tomate casera y guindillas en vinagre. Algunas personas también añaden un chorrito de aceite de oliva virgen extra al caldo.

Variaciones y Consejos

  • Para una versión más ligera: Sustituye la carne de ternera por pechuga de pollo o pavo. Reduce la cantidad de tocino o elimínalo por completo. Utiliza boniato en lugar de patatas.
  • Para un sabor más intenso: Añade un hueso de caña al cocido. Utiliza un chorizo y una morcilla de calidad superior. Añade un poco de pimentón picante al caldo.
  • Para un cocido vegetariano: Sustituye la carne por tofu ahumado o seitán. Añade más verduras, como calabaza, calabacín o judías verdes.
  • Congelar el cocido: El cocido se puede congelar sin problema. Separa el caldo de los garbanzos, las verduras y las carnes. Congela cada uno por separado. Para descongelar, deja que se descongelen lentamente en la nevera.
  • Aprovechar las sobras: Con las sobras del cocido se pueden preparar croquetas, ropa vieja o puré de garbanzos.
  • Remojo de los garbanzos: Si el agua del remojo de los garbanzos es muy dura, se puede añadir una cucharadita de bicarbonato sódico para ablandarlos.

Beneficios para la salud

El cocido con acelgas es un plato muy nutritivo que aporta una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra. Los garbanzos son una excelente fuente de proteínas vegetales y fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantenernos saciados durante más tiempo. Las acelgas son ricas en vitaminas A, C y K, así como en minerales como el hierro y el magnesio. La carne aporta proteínas de alto valor biológico y hierro. Sin embargo, es importante moderar el consumo de carne y embutidos debido a su alto contenido en grasa.

La incorporación de acelgas al cocido no solo añade un toque de sabor y frescura, sino que también aumenta su valor nutricional y lo hace más digestivo. La fibra presente en las acelgas ayuda a reducir el colesterol y a controlar los niveles de azúcar en sangre. Además, las acelgas son bajas en calorías, lo que las convierte en un ingrediente ideal para personas que siguen una dieta de adelgazamiento.

Origen e historia del cocido

El cocido, en sus diversas formas, es un plato con una larga historia en la península ibérica. Se cree que tiene sus orígenes en la "olla podrida" medieval, un plato que reunía diversos ingredientes, incluyendo legumbres, verduras y carnes. Con el paso del tiempo, la olla podrida evolucionó hasta convertirse en los cocidos regionales que conocemos hoy en día, cada uno con sus propias particularidades y adaptaciones locales.

El cocido madrileño es quizás el más conocido de todos, pero existen otras variantes igualmente deliciosas, como el cocido gallego, el cocido montañés o el cocido maragato. Cada región utiliza ingredientes y técnicas de cocción diferentes, pero todos comparten la misma esencia: un plato contundente y reconfortante que se disfruta en familia o con amigos.

La incorporación de las acelgas es una adaptación más moderna, que busca aligerar el plato y hacerlo más saludable sin perder su sabor tradicional. Esta versión del cocido es ideal para aquellos que buscan una alternativa más nutritiva y equilibrada a los cocidos más pesados.

Consideraciones sobre los ingredientes

La calidad de los ingredientes es fundamental para el éxito de cualquier plato, y el cocido no es una excepción. Es importante utilizar garbanzos de buena calidad, preferiblemente garbanzos castellanos, que son conocidos por su textura cremosa y su sabor suave. Las acelgas deben ser frescas y tener un color verde intenso. La carne debe ser de buena calidad y tener un buen equilibrio entre carne y grasa. El tocino debe ser fresco y no muy salado. El chorizo y la morcilla deben ser de calidad superior y tener un sabor auténtico.

Si no se dispone de todos los ingredientes frescos, se pueden utilizar ingredientes congelados o en conserva. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los ingredientes frescos suelen tener un sabor superior. Si se utilizan garbanzos en conserva, se deben lavar bien antes de añadirlos al cocido para eliminar el exceso de sal.

El agua y la sal: Elementos clave

Aunque a menudo se pasan por alto, el agua y la sal juegan un papel crucial en el resultado final del cocido. La calidad del agua influye directamente en el sabor del caldo. Idealmente, se debe utilizar agua filtrada o agua mineral de baja mineralización. Un agua con exceso de cal puede afectar la cocción de los garbanzos y alterar el sabor del caldo.

La sal, por su parte, no solo sazona el plato, sino que también ayuda a extraer los sabores de los ingredientes. Es importante añadir la sal gradualmente durante la cocción, probando el caldo con regularidad para ajustar la cantidad. Ten en cuenta que el hueso de jamón y el tocino ya aportan sal, por lo que es posible que necesites menos sal de la que crees.

La importancia de la paciencia

El cocido es un plato que requiere tiempo y paciencia. No se puede apresurar el proceso de cocción. Cocinar a fuego lento permite que los sabores se mezclen y se desarrollen plenamente. El resultado final será un cocido con un sabor profundo y complejo que recompensa la espera.

Aunque la olla a presión puede reducir significativamente el tiempo de cocción, cocinar el cocido a fuego lento en una olla tradicional permite un mayor control sobre el proceso y un mejor desarrollo de los sabores. Si tienes tiempo, te recomiendo optar por la cocción tradicional.

Más allá de la receta: El cocido como experiencia social

El cocido es mucho más que una simple receta. Es una experiencia social que se comparte en familia o con amigos. Preparar un cocido es una ocasión para reunirse, conversar y disfrutar de la compañía de los demás. El cocido es un plato que invita a la celebración y a la convivencia.

En muchos hogares, el cocido se prepara para ocasiones especiales, como cumpleaños, fiestas navideñas o reuniones familiares. Es un plato que transmite tradición, calidez y afecto. El cocido es una parte importante de la cultura gastronómica española y un símbolo de identidad.

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