Enclavado en el corazón de San Lorenzo de El Escorial, a escasos pasos del majestuoso Monasterio, se encuentra un templo gastronómico que ha sabido preservar la esencia de la cocina tradicional madrileña durante décadas:El Charolés. Este restaurante, más que un simple establecimiento de hostelería, es un baluarte de la cultura culinaria local, un lugar donde el tiempo parece detenerse para dar paso a los sabores auténticos y a las recetas transmitidas de generación en generación.
Desde su fundación en 1977, El Charolés se ha convertido en un referente indiscutible en la gastronomía de la Sierra Madrileña. Su nombre resuena con fuerza entre los amantes del buen comer, tanto locales como visitantes, que peregrinan hasta sus puertas en busca de una experiencia culinaria genuina. Si bien su carta es rica y variada, con platos que rinden homenaje a la cocina de temporada y a los productos de la tierra, hay una estrella que brilla con luz propia y que ha cimentado su fama: elcocido madrileño.
El cocido madrileño de El Charolés no es simplemente un plato más en el menú; es una institución, un ritual gastronómico que se prepara con mimo y dedicación durante tres días a la semana. Según la tradición, y para mantener la calidad y frescura de cada ingrediente, este manjar se ofrece loslunes, miércoles y viernes, convirtiéndose en la excusa perfecta para una escapada a la sierra y disfrutar de un almuerzo memorable.
Lo que distingue al cocido de El Charolés no es solo la calidad excepcional de sus ingredientes, sino también la meticulosa elaboración y el profundo respeto por la receta tradicional. Aquí no se confunde cantidad con calidad, como lamentablemente ocurre en algunos establecimientos de la capital. En El Charolés, cada elemento que compone el cocido es cuidadosamente seleccionado, desde las carnes más nobles hasta las verduras más frescas y las legumbres de la mejor cosecha.
¿Qué hace tan especial al cocido de El Charolés? Para empezar, la materia prima. Se utilizan carnes de primera calidad, como la morcilla, el chorizo, la panceta, el tocino, el jamón, la gallina, la ternera y el cerdo. Cada tipo de carne aporta su sabor y textura particular, creando una sinfonía de matices en el paladar. Las verduras, como los garbanzos, la patata, la zanahoria y el repollo, se cocinan en su punto justo, conservando su sabor y aportando la fibra y los nutrientes esenciales. El caldo, resultado de una cocción lenta y prolongada, es el alma del cocido, un elixir concentrado de sabor que impregna cada ingrediente y que invita a tomar una y otra taza.
El cocido madrileño tradicionalmente se sirve en tres vuelcos, y en El Charolés se sigue esta costumbre con rigor.El primer vuelco consiste en la sopa, elaborada con el caldo desgrasado y fideos finos. Es un preludio ligero y reconfortante que prepara el estómago para lo que está por venir.El segundo vuelco presenta las verduras y los garbanzos, cocinados a la perfección y aderezados con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.El tercer vuelco, el plato fuerte, despliega un festival de carnes y embutidos, dispuestos de forma generosa y apetitosa. Cada comensal puede combinar los ingredientes a su gusto, creando su propia versión del cocido perfecto.
Si bien el cocido es el plato estrella, la carta de El Charolés ofrece mucho más. Sucocina tradicional de temporada se nutre de los productos frescos del mercado y de la huerta, ofreciendo platos que varían según la estación y que siempre sorprenden por su sabor y calidad. Desde entrantes como las croquetas caseras, el revuelto de setas o las alcachofas confitadas, hasta segundos platos como el chuletón a la parrilla, el cordero lechal asado o el pescado fresco del día, la oferta gastronómica es amplia y variada, capaz de satisfacer a los paladares más exigentes.
Elentorno acogedor de El Charolés también contribuye a crear una experiencia memorable. El local, decorado con gusto y elegancia, transmite una sensación de calidez y tradición. Sus paredes, adornadas con cuadros y fotografías que evocan la historia de la región, invitan a relajarse y disfrutar del momento. Eltrato del personal, siempre atento y profesional, completa la experiencia, haciendo que cada cliente se sienta como en casa.
La ubicación privilegiada de El Charolés, en San Lorenzo de El Escorial, lo convierte en un destino ideal para una escapada de fin de semana o una comida especial. Tras disfrutar de un cocido memorable, se puede aprovechar para visitar el impresionanteMonasterio de El Escorial, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y recorrer las calles empedradas de este pueblo con encanto de la sierra madrileña.
El cocido madrileño es mucho más que un plato; es un símbolo de la gastronomía española, una receta con siglos de historia que ha trascendido generaciones y que sigue vigente en el siglo XXI. Su origen se remonta a la olla podrida medieval, un guiso contundente y popular que evolucionó hasta convertirse en el cocido que conocemos hoy en día. A lo largo del tiempo, cada región de España ha adaptado la receta a sus productos y costumbres, dando lugar a diferentes variantes, como el cocido montañés, el cocido gallego o la escudella catalana.
El cocido madrileño, en particular, se caracteriza por su contundencia y su riqueza de ingredientes. Es un plato ideal para los meses de invierno, cuando el cuerpo necesita calorías y calor. Su elaboración requiere tiempo y paciencia, ya que cada ingrediente debe cocinarse por separado y en su punto justo. La clave del éxito reside en la calidad de la materia prima y en el equilibrio de sabores.
En Madrid, el cocido es un plato omnipresente en las cartas de restaurantes de todo tipo, desde los más tradicionales hasta los más modernos. Existen templos del cocido madrileño con siglos de historia, comoLa Bola oCasa Carola, que siguen preparando este plato según la receta original. Otros establecimientos, comoLa Gran Tasca oTaberna La Daniela, también gozan de gran reputación por su cocido. Cada uno tiene su propio estilo y su toque personal, pero todos comparten el mismo amor por este plato emblemático.
El cocido de El Charolés encarna a la perfección la esencia de la tradición y el sabor. Es un plato que evoca recuerdos de infancia, de comidas familiares y de celebraciones especiales. Su sabor auténtico y reconfortante nos transporta a otra época, a una cocina más sencilla y honesta, donde los ingredientes eran los protagonistas y el tiempo se dedicaba a la elaboración de platos con alma.
En un mundo cada vez más globalizado y homogeneizado, restaurantes como El Charolés son un oasis de autenticidad, un refugio donde se puede disfrutar de la verdadera cocina tradicional madrileña. Su cocido, más allá de ser un plato delicioso, es un símbolo de identidad cultural, un legado que merece ser preservado y transmitido a las futuras generaciones.
El éxito de El Charolés reside en su capacidad para combinar la tradición con la innovación, para mantener la esencia de la receta original del cocido madrileño pero adaptándola a los gustos y exigencias del siglo XXI. Su compromiso con la calidad, la excelencia en el servicio y el amor por la cocina tradicional lo convierten en un destino gastronómico imprescindible para cualquier amante del buen comer que visite Madrid.
Si buscas un cocido madrileño auténtico, elaborado con ingredientes de primera calidad y servido en un entorno acogedor y tradicional, no dudes en visitar El Charolés. Te aseguramos que vivirás una experiencia culinaria inolvidable que te transportará a la esencia misma de la cocina madrileña.
El cocido de El Charolés no es solo un plato, es una historia, una tradición, un sabor que perdura en el tiempo.
El Charolés
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