El arrollado, un plato versátil y delicioso, puede ser un elemento estrella en cualquier celebración o comida familiar. Sin embargo, lograr un arrollado perfectamente cocido, jugoso y con una presentación impecable requiere de atención al detalle y la comprensión de los principios básicos de la cocción. Esta guía exhaustiva te proporcionará los conocimientos necesarios para dominar el arte de cocer arrollado, desde la selección de la carne hasta los trucos para evitar los errores más comunes.
La base de un arrollado excepcional reside en la calidad de la carne. La elección dependerá del sabor y la textura que desees lograr. Tradicionalmente, se utiliza carne de cerdo, específicamente cortes como el lomo, la paleta o incluso la panceta, dependiendo del contenido de grasa deseado. El lomo ofrece una opción más magra, mientras que la paleta y la panceta aportarán mayor jugosidad y sabor debido a su mayor contenido de grasa. Considera también la posibilidad de utilizar cortes de ternera, como la falda o el vacío, que, aunque menos comunes, pueden ofrecer un resultado igualmente delicioso. Independientemente del corte elegido, asegúrate de que la carne sea fresca, de buena calidad y con un color uniforme. Evita la carne que presente decoloración o un olor desagradable.
Una consideración importante es el grosor y la forma del corte. Idealmente, la carne debe tener un grosor uniforme para asegurar una cocción pareja. Si el corte es irregular, puedes aplanarlo ligeramente con un mazo de cocina para uniformizarlo. La forma también es crucial: un corte rectangular facilitará el enrollado y la obtención de un arrollado compacto y bien formado.
El relleno es el corazón del arrollado, el elemento que define su sabor y personalidad. Las posibilidades son infinitas y dependen de tu creatividad y preferencias personales. Algunas opciones populares incluyen:
Independientemente del relleno que elijas, es importante prepararlo adecuadamente antes de incorporarlo a la carne. Los vegetales deben estar cocidos o salteados para evitar que liberen exceso de humedad durante la cocción del arrollado. Los ingredientes más grandes deben ser cortados en trozos pequeños para facilitar el enrollado y asegurar una distribución uniforme del sabor. Si utilizas ingredientes húmedos, como champiñones salteados, asegúrate de escurrirlos bien para evitar que el arrollado quede aguado.
El adobo es una mezcla de ingredientes que se utiliza para marinar la carne antes de la cocción, realzando su sabor y tiernizándola. Un adobo básico puede consistir en aceite de oliva, vinagre, ajo, hierbas aromáticas y especias. Sin embargo, puedes personalizar el adobo según tus gustos y el tipo de relleno que vayas a utilizar. Por ejemplo, un adobo con pimentón y comino puede complementar un relleno con sabor a chorizo, mientras que un adobo con jengibre y salsa de soja puede realzar un relleno de inspiración asiática. Es importante permitir que la carne marine en el adobo durante al menos 2 horas, o idealmente durante toda la noche, para que absorba los sabores y se ablande.
El enrollado es un paso crucial para asegurar un arrollado compacto, bien formado y que se cocine de manera uniforme. Extiende la carne sobre una superficie plana y limpia. Distribuye el relleno de manera uniforme sobre la carne, dejando un borde libre de aproximadamente 2 centímetros en uno de los extremos para facilitar el sellado. Comienza a enrollar la carne desde el extremo opuesto al borde libre, presionando firmemente a medida que avanzas para asegurar un rollo compacto. Una vez que hayas enrollado todo el arrollado, sella el borde libre humedeciéndolo ligeramente con agua o huevo batido. Esto ayudará a que el arrollado se mantenga unido durante la cocción.
Para asegurar que el arrollado conserve su forma durante la cocción, es fundamental atarlo con hilo de cocina. Corta varios trozos de hilo de cocina de aproximadamente 30 centímetros de largo. Coloca el arrollado sobre una superficie plana y ata el hilo alrededor del arrollado a intervalos regulares, aproximadamente cada 3 centímetros. Asegúrate de apretar bien el hilo para que el arrollado quede firme y compacto. También puedes utilizar una malla elástica para arrollados, que es una opción más práctica y eficiente.
Existen varios métodos para cocer un arrollado, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. La elección del método dependerá de tus preferencias personales, el tiempo disponible y el resultado que desees obtener.
El horneado es una opción popular y versátil para cocer arrollado. Precalienta el horno a una temperatura moderada, entre 160°C y 180°C. Coloca el arrollado en una fuente para horno y rocíalo con aceite de oliva o mantequilla derretida. Agrega un poco de caldo o vino blanco a la fuente para mantener la humedad y evitar que el arrollado se seque. Hornea el arrollado durante aproximadamente 1 hora y media a 2 horas, o hasta que esté dorado y cocido en el centro. Para asegurarte de que el arrollado está cocido, puedes utilizar un termómetro de cocina. La temperatura interna debe alcanzar los 70°C para la carne de cerdo y los 75°C para la carne de ternera.
Durante la cocción, es importante bañar el arrollado con sus propios jugos cada 20-30 minutos para mantenerlo jugoso y evitar que se seque. Si el arrollado se está dorando demasiado rápido, puedes cubrirlo con papel de aluminio para evitar que se queme.
La cocción a la olla es una excelente opción para obtener un arrollado jugoso y lleno de sabor. Sella el arrollado en una olla con un poco de aceite hasta que esté dorado por todos lados. Agrega verduras como cebolla, zanahoria y apio cortadas en trozos grandes. Cubre el arrollado con caldo de carne o vino tinto. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante aproximadamente 2 a 3 horas, o hasta que la carne esté tierna. Durante la cocción, asegúrate de que el arrollado esté siempre cubierto con líquido. Si es necesario, agrega más caldo o agua.
Una vez que el arrollado esté cocido, retíralo de la olla y déjalo reposar durante unos 15 minutos antes de cortarlo. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan y que la carne quede más jugosa. Puedes utilizar el líquido de cocción para preparar una salsa deliciosa para acompañar el arrollado.
Aunque menos común, el hervido es una opción válida para cocer arrollado, especialmente si buscas una opción más ligera. Coloca el arrollado en una olla grande y cúbrelo con agua fría. Agrega sal, pimienta y hierbas aromáticas al agua. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante aproximadamente 2 a 3 horas, o hasta que la carne esté tierna. Al igual que con la cocción a la olla, asegúrate de que el arrollado esté siempre cubierto con agua durante la cocción.
El hervido puede resultar en un arrollado menos sabroso que el horneado o la cocción a la olla. Para compensar esto, puedes utilizar un caldo de carne en lugar de agua para hervir el arrollado, o marinar la carne en un adobo sabroso antes de hervirla.
Una vez que el arrollado esté cocido y haya reposado, es hora de cortarlo y servirlo. Retira el hilo de cocina o la malla elástica con cuidado. Utiliza un cuchillo afilado y de hoja larga para cortar el arrollado en rodajas finas y uniformes. Sirve el arrollado frío o caliente, acompañado de una salsa de tu elección y guarniciones como ensalada, puré de papas o arroz.
Para una presentación más elegante, puedes decorar el plato con hierbas frescas, rodajas de limón o naranja, o una reducción de vinagre balsámico.
A pesar de su aparente sencillez, la cocción del arrollado puede presentar algunos desafíos. Aquí te presentamos algunos de los errores más comunes y cómo evitarlos: