Cómo Preparar Ternera Guisada: El Guiso Perfecto para el Invierno

La ternera guisada, un plato que evoca recuerdos de hogar y de cocinas rebosantes de aromas, es mucho más que una simple receta. Es un lienzo en blanco donde la paciencia, los ingredientes frescos y el cariño se combinan para crear una experiencia culinaria inolvidable. Más allá de las variaciones regionales y las preferencias personales, la esencia de este plato reside en la cocción lenta y cuidadosa, que permite que los sabores se desarrollen y se entrelacen, resultando en una carne tierna y un caldo sustancioso.

Ingredientes Esenciales: La Base del Sabor

La calidad de la ternera es fundamental. Se recomienda utilizar cortes como la aguja, el morcillo o la falda, que, aunque pueden ser más económicos, se benefician enormemente de la cocción prolongada. Estos cortes, ricos en colágeno, se deshacen durante el guiso, aportando una textura melosa y un sabor profundo al plato. Además de la carne, las verduras son pilares fundamentales. Cebollas, zanahorias, ajos y pimientos (opcionalmente) no solo añaden sabor, sino que también contribuyen a la riqueza nutritiva del guiso. Un buen vino tinto, hierbas aromáticas como el laurel y el tomillo, y un caldo de carne casero (o en su defecto, uno de buena calidad) completan la base de esta deliciosa preparación.

Seleccionando la Ternera: Un Asunto de Textura y Sabor

La elección del corte de ternera es crucial para el resultado final. Mientras que cortes magros como el solomillo pueden resultar secos en un guiso, los cortes con mayor contenido de grasa y tejido conectivo se transforman en una exquisitez. La aguja, por ejemplo, es un corte económico y sabroso que se vuelve increíblemente tierno al guisarse. El morcillo, con su característico hueso central, aporta un sabor intenso y una textura gelatinosa al caldo. La falda, otro corte popular, es ideal para guisos debido a su marmoleo de grasa, que se derrite durante la cocción, humedeciendo la carne y enriqueciendo el sabor.

El Sofrito: El Alma del Guiso

El sofrito es la base aromática del guiso, el cimiento sobre el cual se construye el sabor. La cebolla, cortada en brunoise (pequeños dados), se sofríe lentamente en aceite de oliva virgen extra hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Luego se añaden los ajos, picados finamente, y se cocinan brevemente para evitar que se quemen y amarguen el sofrito. La zanahoria, cortada en rodajas o en dados, se incorpora a continuación, aportando dulzor y color al sofrito. Algunas recetas incluyen pimiento verde o rojo, que añaden un toque de frescura y un sabor ligeramente dulce y picante. El sofrito debe cocinarse a fuego lento, revolviendo ocasionalmente, hasta que las verduras estén blandas y hayan liberado sus aromas.

Receta Paso a Paso: La Ternera Guisada Tradicional

  1. Preparación de la Carne: Cortar la ternera en trozos de tamaño similar, aproximadamente de 3 a 4 centímetros. Salpimentar los trozos generosamente.
  2. Sellado de la Carne: En una olla grande o cazuela, calentar aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. Sellar los trozos de ternera por todos los lados hasta que estén dorados. Este paso es crucial para sellar los jugos de la carne y darle un color apetitoso al guiso. Retirar la carne de la olla y reservar.
  3. El Sofrito: En la misma olla, añadir un poco más de aceite si es necesario. Sofreír la cebolla picada hasta que esté transparente. Añadir el ajo picado y cocinar por un minuto más. Incorporar la zanahoria y, si se desea, el pimiento picado. Cocinar el sofrito a fuego lento hasta que las verduras estén blandas y ligeramente doradas.
  4. Deglaseado y Aromas: Verter el vino tinto en la olla y raspar el fondo para despegar los jugos caramelizados de la carne. Dejar que el vino se reduzca a la mitad. Añadir el laurel, el tomillo y otras hierbas aromáticas al gusto.
  5. Cocción Lenta: Volver a colocar la carne en la olla. Verter el caldo de carne hasta cubrir la carne. Llevar a ebullición, luego reducir el fuego a bajo, tapar la olla y cocinar a fuego lento durante al menos 2 horas, o hasta que la carne esté muy tierna. Revisar ocasionalmente y añadir más caldo si es necesario.
  6. Acabado y Espesamiento: Una vez que la carne esté tierna, retirar la tapa y dejar que el guiso se cocine a fuego lento durante unos 30 minutos más para que el caldo se reduzca y espese ligeramente. Si se desea, se puede espesar el caldo con un poco de harina de maíz disuelta en agua fría.
  7. Servir: Servir la ternera guisada caliente, acompañada de puré de patatas, arroz blanco, pan crujiente o verduras al vapor.

Variaciones Regionales y Toques Personales

La ternera guisada es un plato versátil que se presta a numerosas variaciones. En algunas regiones, se añade patata cortada en trozos al guiso durante la última hora de cocción. En otras, se incorporan champiñones o setas para añadir un sabor terroso y umami. Algunas recetas incluyen guisantes o judías verdes, que aportan un toque de frescura y color. En cuanto a las especias, se pueden utilizar pimentón dulce o picante, comino, clavo o incluso un poco de canela para darle un toque exótico al guiso. Cada cocinero tiene su propio toque personal, su secreto para hacer que su ternera guisada sea única e inolvidable.

El Secreto del Caldo: Un Tesoro de Sabor

Un buen caldo es la clave para una ternera guisada excepcional. Si bien se puede utilizar caldo de carne comprado en la tienda, un caldo casero siempre será superior. Para hacer un caldo de carne casero, se pueden utilizar huesos de ternera, recortes de carne y verduras como cebolla, zanahoria, apio y puerro. Los huesos se tuestan en el horno para darles un color dorado y un sabor más intenso. Luego, se colocan los huesos y las verduras en una olla grande con agua fría, se llevan a ebullición y se cocinan a fuego lento durante varias horas, espumando la superficie regularmente para eliminar las impurezas. El caldo resultante se cuela y se utiliza como base para el guiso.

La Importancia de la Cocción Lenta: Paciencia es la Clave

La cocción lenta es fundamental para que la ternera guisada alcance su máximo potencial. El calor suave y prolongado permite que los tejidos conectivos de la carne se descompongan, resultando en una textura tierna y jugosa. Además, la cocción lenta permite que los sabores se desarrollen y se mezclen, creando un plato rico y complejo. Si se utiliza una olla a presión, se puede reducir el tiempo de cocción significativamente, pero es importante recordar que la cocción lenta en una olla tradicional o en una cazuela de barro siempre dará como resultado un guiso más sabroso y auténtico.

Acompañamientos Perfectos: Un Festín para los Sentidos

La ternera guisada es un plato versátil que se puede acompañar de una gran variedad de guarniciones. Un puré de patatas cremoso es un acompañamiento clásico que complementa a la perfección la ternura de la carne y la riqueza del caldo. El arroz blanco, cocido al vapor o pilaf, es otra opción popular que absorbe los sabores del guiso. El pan crujiente, ya sea baguette o pan de campo, es ideal para mojar en el caldo y disfrutar de cada gota de sabor. Para añadir un toque de frescura, se pueden servir verduras al vapor, como brócoli, coliflor o judías verdes. Una ensalada verde con un aliño ligero también puede ser un buen contrapunto a la riqueza del guiso.

Maridaje: El Vino Adecuado para Realzar el Sabor

El vino adecuado puede realzar el sabor de la ternera guisada y convertir la comida en una experiencia aún más placentera. Un vino tinto de cuerpo medio, con taninos suaves y notas de fruta roja, es una buena elección. Un Rioja joven, un Chianti Classico o un Borgoña genérico son opciones excelentes. Si el guiso es más rico y especiado, se puede optar por un vino tinto más potente, como un Cabernet Sauvignon o un Syrah. Es importante elegir un vino que complemente los sabores del guiso sin dominarlos.

Consejos y Trucos: Secretos para un Guiso Perfecto

  • Sellar la carne a fuego alto: Esto ayuda a sellar los jugos y darle un color dorado.
  • Sofreír las verduras lentamente: Permite que liberen sus aromas y endulcen el guiso.
  • Utilizar un buen caldo: Un caldo casero es lo ideal, pero en su defecto, usar uno de buena calidad.
  • Cocinar a fuego lento: La cocción lenta es clave para que la carne quede tierna.
  • Dejar reposar el guiso: El guiso sabe aún mejor al día siguiente, después de reposar en la nevera.

Más allá de la Receta: Un Plato con Historia

La ternera guisada es un plato con una larga historia, presente en la gastronomía de muchas culturas alrededor del mundo. Desde el "boeuf bourguignon" francés hasta el "goulash" húngaro, cada país tiene su propia versión de este clásico reconfortante. En España, la ternera guisada es un plato tradicional que se prepara en todas las regiones, con variaciones que reflejan los ingredientes y las costumbres locales. Es un plato que se transmite de generación en generación, un símbolo de la cocina casera y del amor por la buena comida.

Un Plato para Compartir: Celebrando la Tradición

La ternera guisada es un plato perfecto para compartir con familiares y amigos. Es un plato que invita a la conversación, a la risa y a la celebración. Preparar una ternera guisada para una ocasión especial es una forma de honrar la tradición y de crear recuerdos inolvidables. Es un plato que evoca sentimientos de calidez, de hogar y de amor, un verdadero tesoro culinario que merece ser apreciado y disfrutado.

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