La batalla entre Coca-Cola y Pepsi es una de las rivalidades comerciales más icónicas del mundo. Más allá de la preferencia personal por una u otra bebida, se esconde una historia rica en innovación, marketing agresivo, cambios de propiedad y momentos cruciales que definieron la industria de las bebidas gaseosas. Para comprender quiénes son los dueños actuales y cómo llegaron a serlo, es fundamental explorar la trayectoria de ambas compañías.
Tanto Coca-Cola como Pepsi tienen orígenes humildes en farmacias del sur de Estados Unidos. Coca-Cola fue creada por John Pemberton, un farmacéutico de Atlanta, Georgia, en 1886. Originalmente, se vendía como un tónico medicinal que prometía aliviar dolores de cabeza y fatiga. La fórmula original contenía extracto de hojas de coca (de donde deriva el nombre "Coca") y nuez de cola, aunque la cantidad de cocaína presente era mínima.
Pepsi, por su parte, fue inventada por Caleb Bradham, un farmacéutico de New Bern, Carolina del Norte, en 1893. Inicialmente, se le conocía como "Brad's Drink" y se promocionaba como una bebida digestiva y energizante. Bradham creía que su bebida ayudaba a la digestión (de ahí el nombre "Pepsi," derivado de la palabra "pepsina").
Coca-Cola se consolidó como marca líder mucho antes que Pepsi. Asa Griggs Candler, un empresario con visión, compró la fórmula de Pemberton y fundó The Coca-Cola Company. Candler implementó estrategias de marketing innovadoras para la época, como la distribución gratuita de cupones para probar la bebida y la creación de publicidad llamativa. La icónica botella de Coca-Cola, con su distintiva forma de contorno, fue patentada en 1915, ayudando a diferenciar la marca de sus competidores y a fortalecer su identidad visual. Además, Coca-Cola se expandió geográficamente, estableciendo plantas embotelladoras en todo Estados Unidos y, posteriormente, en otros países.
Mientras Coca-Cola experimentaba un crecimiento constante, Pepsi enfrentó dificultades financieras. Después de la Primera Guerra Mundial, los precios del azúcar aumentaron drásticamente, lo que afectó gravemente las finanzas de la compañía. Pepsi-Cola Company se declaró en bancarrota en 1923. La marca pasó por diferentes manos hasta que, en 1931, Charles Guth, el presidente de Loft, Inc. (una empresa de dulces), la adquirió. Guth vio en Pepsi una oportunidad para ofrecer una bebida más económica que Coca-Cola, especialmente durante la Gran Depresión.
Guth implementó una estrategia audaz: vender Pepsi en botellas de 12 onzas al mismo precio que Coca-Cola vendía sus botellas de 6. El eslogan "Twice as much for a nickel, too" (El doble por cinco centavos, también) resonó entre los consumidores, impulsando las ventas de Pepsi. Esta estrategia, centrada en el precio y el volumen, permitió a Pepsi ganar terreno frente a su competidor dominante.
La rivalidad entre Coca-Cola y Pepsi, conocida como la "Guerra de las Colas," se intensificó en las décadas siguientes. Ambas compañías invirtieron fuertemente en publicidad y marketing, buscando conquistar a los consumidores con mensajes persuasivos y campañas innovadoras.
En la década de 1970, Pepsi lanzó el "Desafío Pepsi" (Pepsi Challenge), una campaña de degustación a ciegas en la que los consumidores probaban Coca-Cola y Pepsi sin saber cuál era cuál. Sorprendentemente, en muchas de estas pruebas, los consumidores preferían el sabor de Pepsi. PepsiCo explotó estos resultados con anuncios televisivos, argumentando que su bebida era la preferida por el público. Esta campaña representó un golpe significativo para la imagen de Coca-Cola y obligó a la compañía a replantear su estrategia.
En 1985, Coca-Cola cometió un error estratégico que se considera uno de los mayores fiascos de marketing de la historia: cambió la fórmula de su bebida, introduciendo "New Coke." La reacción del público fue extremadamente negativa. Los consumidores se sintieron traicionados y exigieron el regreso de la fórmula original. Ante la presión popular, Coca-Cola cedió y, pocos meses después, relanzó la Coca-Cola clásica, etiquetada como "Coca-Cola Classic." Este episodio demostró el poder de la lealtad a la marca y la importancia de escuchar a los consumidores.
Para entender quiénes son los dueños actuales, es crucial diferenciar entre la marca y la empresa matriz.
La marca Coca-Cola pertenece a The Coca-Cola Company, una corporación pública que cotiza en bolsa (NYSE: KO). Esto significa que no tiene un único dueño, sino que es propiedad de miles de accionistas individuales e institucionales en todo el mundo. Los mayores accionistas institucionales suelen ser fondos de inversión, compañías de seguros y fondos de pensiones. Los inversores pueden comprar y vender acciones de The Coca-Cola Company en el mercado de valores.
La marca Pepsi es propiedad de PepsiCo, Inc., otra corporación pública que cotiza en bolsa (NASDAQ: PEP). Al igual que The Coca-Cola Company, PepsiCo es propiedad de una amplia gama de accionistas. PepsiCo es mucho más que una empresa de bebidas; es un gigante de la industria alimentaria que posee marcas como Frito-Lay (patatas fritas Lay's, Doritos, etc.), Quaker Oats y Tropicana, entre otras.
Tanto Coca-Cola como PepsiCo han diversificado sus productos más allá de las bebidas gaseosas. Coca-Cola ofrece una amplia gama de bebidas, incluyendo zumos, aguas embotelladas, tés y bebidas energéticas. PepsiCo, como se mencionó anteriormente, tiene una presencia significativa en la industria alimentaria, con una amplia variedad de snacks y productos de desayuno.
Ambas compañías se han adaptado a las cambiantes tendencias del mercado, ofreciendo opciones más saludables y bajas en calorías. Han lanzado versiones "light" o "zero" de sus bebidas gaseosas, así como productos con ingredientes naturales y orgánicos. Esta adaptación es crucial para mantener su relevancia en un mercado cada vez más consciente de la salud.
La rivalidad entre Coca-Cola y Pepsi continúa en el siglo XXI, aunque el panorama competitivo es mucho más complejo que en el pasado. Nuevos competidores, como las bebidas energéticas y las aguas saborizadas, han entrado en el mercado, y los consumidores tienen más opciones que nunca. Además, las preocupaciones sobre la salud y el medio ambiente están influyendo en las decisiones de compra. Para seguir siendo relevantes, tanto Coca-Cola como PepsiCo deberán seguir innovando, adaptándose a las nuevas tendencias y conectando con los consumidores de una manera auténtica.