Gallina Guisada: Un Plato Tradicional con el Toque de la Olla a Presión

Lagallina guisada, un plato que evoca recuerdos de hogares cálidos y comidas familiares, se transforma en una receta sorprendentemente rápida y sencilla gracias a laolla de presión. Este método de cocción, a menudo subestimado, no solo reduce drásticamente los tiempos de preparación, sino que también intensifica los sabores y garantiza una carne increíblemente tierna y jugosa. Olvídate de largas horas de cocción y descubre cómo preparar una gallina guisada deliciosa en mucho menos tiempo, sin sacrificar ni un ápice del sabor tradicional.

Ingredientes Esenciales para una Gallina Guisada Perfecta en Olla de Presión

La calidad de los ingredientes es fundamental para el éxito de cualquier plato, y la gallina guisada no es una excepción. Aquí te presentamos una lista detallada de los ingredientes necesarios, junto con algunas consideraciones importantes para que tu receta sea un éxito:

  • 1 Gallina Troceada (aproximadamente 1.5 - 2 kg): La base de nuestro plato. Opta preferiblemente por unagallina entera y trocéala tú mismo. Esto te permitirá controlar el tamaño de las porciones y, aún más importante, utilizar todas las partes de la gallina, incluyendo la carcasa y los huesos, para un caldo más sabroso y nutritivo. Si prefieres, puedes pedirle al carnicero que te la trocee, pero asegúrate de que incluya todas las partes. Considera la opción de unagallina de corral ocampera, que aportará un sabor más intenso y auténtico a tu guiso. La gallina congelada también es una opción viable, pero asegúrate de descongelarla completamente antes de cocinarla para garantizar una cocción uniforme.
  • 2 Cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra: El aceite de oliva virgen extra no solo aporta sabor, sino que también es esencial para sofreír los ingredientes y crear una base aromática sólida para el guiso. Utiliza un aceite de buena calidad, preferiblemente virgen extra, para obtener el mejor sabor y beneficios para la salud. Si no tienes aceite de oliva, puedes utilizar otro aceite vegetal neutro, como aceite de girasol, pero el sabor final se verá ligeramente afectado.
  • 1 Cebolla Grande: La cebolla es la base aromática de muchos guisos, y en la gallina guisada es indispensable. Pícala finamente para que se deshaga durante la cocción y se integre perfectamente en la salsa. Puedes utilizar cebolla blanca, amarilla o morada, aunque la cebolla blanca suele ser la más común para este tipo de preparaciones debido a su sabor más suave y versátil.
  • 2-3 Dientes de Ajo: El ajo aporta un toque de sabor picante y aromático que complementa perfectamente el sabor de la gallina. Pícalos finamente o machácalos con un prensa ajos para liberar todo su aroma. Si eres amante del ajo, puedes añadir incluso un diente más para un sabor más intenso.
  • 2 Zanahorias Medianas: La zanahoria no solo aporta un toque de dulzura y color al guiso, sino que también contribuye a espesar la salsa de forma natural. Córtalas en rodajas o trozos medianos. Si prefieres, puedes utilizar zanahorias baby, aunque las zanahorias más grandes suelen tener más sabor.
  • 2-3 Patatas Medianas: Las patatas son el acompañamiento clásico de la gallina guisada. Utiliza patatas de una variedad que se mantenga firme durante la cocción, como la patata monalisa o la patata agria, para evitar que se deshagan demasiado en la olla de presión. Pélalas y córtalas en cubos medianos. Si prefieres una textura más cremosa, puedes utilizar patatas más harinosas, como la patata kennebec, pero ten en cuenta que podrían deshacerse un poco más.
  • 1 Pimiento Rojo Mediano: El pimiento rojo aporta un toque de sabor dulce y ligeramente ahumado, además de color y vitaminas. Córtalo en trozos medianos. Si no tienes pimiento rojo, puedes utilizar pimiento verde o una mezcla de ambos. Para un toque más intenso, puedes asar el pimiento rojo antes de añadirlo al guiso.
  • 1 Taza de Salsa de Tomate Natural: La salsa de tomate es la base líquida del guiso y aporta acidez y sabor. Utiliza salsa de tomate natural o tomate triturado de buena calidad. Evita las salsas de tomate con azúcares añadidos o conservantes innecesarios. Para un sabor más casero, puedes utilizar tomates frescos maduros triturados. Si prefieres una salsa más espesa, puedes añadir un poco de concentrado de tomate.
  • 1 Vaso de Vino Blanco Seco (Opcional): El vino blanco aporta profundidad de sabor y ayuda a desglasar el fondo de la olla, recogiendo todos los sabores caramelizados. Utiliza un vino blanco seco de buena calidad, como un vino albariño o un verdejo. Si no quieres utilizar vino, puedes sustituirlo por caldo de pollo o agua.
  • Caldo de Pollo o Agua: El caldo de pollo o el agua son necesarios para cubrir los ingredientes y crear el líquido de cocción. Si utilizas caldo de pollo, el sabor del guiso será más intenso. Utiliza caldo de pollo casero o de buena calidad. Si utilizas agua, asegúrate de ajustar la cantidad de sal y especias. La cantidad de líquido dependerá del tamaño de tu olla de presión y de la cantidad de gallina y verduras que utilices. Generalmente, es suficiente cubrir los ingredientes justo por debajo del nivel máximo de la olla.
  • Hierbas Aromáticas Frescas o Secas (Laurel, Tomillo, Romero, Perejil): Las hierbas aromáticas son esenciales para dar sabor y aroma al guiso. Utiliza laurel, tomillo y romero para un sabor tradicional. El perejil fresco picado se añade al final para refrescar el plato. Puedes utilizar hierbas frescas o secas. Si utilizas hierbas secas, añade una menor cantidad, ya que su sabor es más concentrado. Un ramillete de hierbas frescas atado con hilo de cocina es una forma práctica de añadir las hierbas al guiso y retirarlas fácilmente al final de la cocción.
  • Sal y Pimienta Negra Recién Molida: La sal y la pimienta son esenciales para sazonar el guiso y realzar los sabores. Utiliza sal gruesa o sal kosher y pimienta negra recién molida para obtener el mejor sabor. Ajusta la cantidad de sal al gusto, teniendo en cuenta que el caldo de pollo ya puede contener sal.
  • Pimentón Dulce o Picante (Opcional): El pimentón dulce o picante aporta un toque de sabor y color adicionales. Utiliza pimentón dulce para un sabor suave y pimentón picante si prefieres un toque más audaz. Añade una cucharadita de pimentón dulce o media cucharadita de pimentón picante, o una mezcla de ambos, al gusto.

Preparación Paso a Paso de la Gallina Guisada en Olla de Presión: Sencillez y Eficacia

La olla de presión simplifica enormemente la preparación de la gallina guisada. Sigue estos pasos para obtener un resultado perfecto:

  1. Sazonar la Gallina: Salpimienta generosamente los trozos de gallina por todos lados. Este paso es crucial para realzar el sabor de la carne desde el principio. Asegúrate de que la sal y la pimienta se distribuyan uniformemente.
  2. Dorar la Gallina (Opcional pero Recomendable): En la misma olla de presión, en función "dorar" o "fuego fuerte" si es una olla tradicional, calienta el aceite de oliva. Sella los trozos de gallina por tandas, dorándolos por todos los lados hasta que estén bien dorados. Este paso, aunque opcional, aporta un sabor más intenso y una textura más agradable a la carne, ya que sella los jugos y crea una costra dorada. Retira la gallina y reserva.
  3. Sofrito Aromático: En la misma olla, aprovechando los jugos que ha dejado la gallina, añade la cebolla picada y el ajo. Sofríe a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente y comience a dorarse, unos 5-7 minutos. Remueve ocasionalmente para evitar que se quemen. Este sofrito es la base de sabor del guiso, así que no escatimes en tiempo y paciencia.
  4. Añadir las Verduras: Incorpora las zanahorias en rodajas y el pimiento rojo en trozos al sofrito. Cocina durante unos minutos más, removiendo ocasionalmente, hasta que las verduras se ablanden ligeramente. Este paso ayuda a que las verduras liberen sus sabores y se integren mejor en el guiso.
  5. Incorporar la Salsa de Tomate y el Vino Blanco (Opcional): Añade la salsa de tomate y, si lo utilizas, el vino blanco. Remueve bien y cocina durante un par de minutos para que se evapore el alcohol del vino y se integren los sabores. Si utilizas pimentón dulce o picante, añádelo en este momento y remueve.
  6. Volver a Introducir la Gallina y las Patatas: Coloca los trozos de gallina dorada en la olla, encima del sofrito y la salsa de tomate. Añade las patatas en cubos y las hierbas aromáticas (laurel, tomillo, romero).
  7. Añadir el Líquido de Cocción: Vierte el caldo de pollo o agua en la olla, asegurándote de que los ingredientes queden casi cubiertos, pero sin sobrepasar el nivel máximo de llenado de tu olla de presión. La cantidad de líquido dependerá del tipo de olla y de la cantidad de ingredientes.
  8. Cerrar y Cocinar en la Olla de Presión: Cierra la olla de presión según las instrucciones del fabricante. Cocina a alta presión durante el tiempo recomendado para la gallina. El tiempo de cocción puede variar según el tipo de olla de presión y el tamaño de los trozos de gallina, pero generalmente suele ser entre 20 y 30 minutos una vez que la olla alcanza la presión. Consulta el manual de tu olla de presión para obtener tiempos de cocción precisos.
  9. Liberación de Presión: Una vez finalizado el tiempo de cocción, retira la olla del fuego y deja que la presión se libere de forma natural durante unos 10-15 minutos. Luego, realiza una liberación rápida de presión siguiendo las instrucciones de tu olla de presión. Es importante seguir las instrucciones del fabricante para liberar la presión de forma segura.
  10. Comprobar la Cocción y Rectificar de Sal: Abre con cuidado la olla de presión, asegurándote de que no quede presión residual. Comprueba que la gallina esté tierna y las patatas cocidas. Si es necesario, cocina unos minutos más sin presión, en función "cocción lenta" o "fuego suave", para reducir la salsa o terminar de cocinar las verduras. Prueba el guiso y rectifica de sal si es necesario.
  11. Servir y Disfrutar: Sirve la gallina guisada caliente, espolvoreada con perejil fresco picado. Puedes acompañarla de arroz blanco, pan crujiente para mojar en la salsa, o una ensalada fresca.

Secretos y Consejos para una Gallina Guisada en Olla de Presión Insuperable: Más Allá de la Receta

Si bien la receta básica es sencilla, algunos detalles pueden marcar la diferencia entre una gallina guisada buena y una realmente excepcional. Aquí te revelamos algunos secretos y consejos para perfeccionar tu plato:

  • La Calidad de la Gallina: Como ya mencionamos, la calidad de la gallina influye enormemente en el sabor final. Una gallina de corral o campera, criada de forma más natural y con una alimentación más rica, tendrá un sabor más intenso y auténtico. Si tienes acceso a una gallina de estas características, no dudes en utilizarla. Incluso puedes preguntar en tu carnicería por gallinas "viejas" o "de desvieje", que aunque requieren más tiempo de cocción (incluso en olla de presión), ofrecen un sabor mucho más profundo y son ideales para guisos y caldos.
  • El Dorado de la Gallina: No subestimes la importancia de dorar la gallina antes de guisarla. Este paso, aunque pueda parecer prescindible para ahorrar tiempo, es fundamental para desarrollar sabores más complejos y conseguir una carne más tierna y jugosa. El dorado crea la reacción de Maillard, que aporta notas tostadas y caramelizadas que enriquecen el sabor del guiso.
  • El Sofrito: La Base del Sabor: El sofrito es el corazón de la gallina guisada. Cocina la cebolla y el ajo a fuego lento, con paciencia, hasta que estén bien pochados y caramelizados. Un sofrito bien hecho aporta dulzura, profundidad y complejidad de sabor al guiso. No tengas prisa en este paso, ya que es crucial para el resultado final.
  • El Vino Blanco: Un Toque de Elegancia: Aunque es opcional, el vino blanco seco aporta un toque de acidez y complejidad que eleva el guiso. Elige un vino blanco de buena calidad, como un albariño, un verdejo o un sauvignon blanc. Evita los vinos blancos dulces o afrutados, que no maridan bien con este tipo de plato. Si no tienes vino blanco, puedes sustituirlo por un chorrito de vinagre de vino blanco o zumo de limón para aportar un toque de acidez.
  • Las Hierbas Aromáticas: El Alma del Guiso: Las hierbas aromáticas son indispensables para dar personalidad y carácter a la gallina guisada. El laurel, el tomillo y el romero son las hierbas clásicas, pero puedes experimentar con otras, como el orégano, la mejorana o la salvia. Utiliza hierbas frescas siempre que sea posible, ya que su aroma es más intenso y fresco. Si utilizas hierbas secas, añade una menor cantidad, ya que su sabor es más concentrado. Un ramillete de hierbas frescas atado con hilo de cocina es una forma práctica de añadirlas al guiso y retirarlas fácilmente al final de la cocción.
  • El Pimentón: Un Matiz de Sabor y Color: El pimentón dulce o picante aporta un toque de sabor y color adicionales al guiso. El pimentón dulce añade un sabor suave y ligeramente ahumado, mientras que el pimentón picante aporta un toque de calor. Puedes utilizar pimentón de la Vera, que tiene un sabor ahumado característico, o pimentón de Murcia, que es más dulce y suave. Ajusta la cantidad de pimentón al gusto, según tu preferencia por los sabores más o menos intensos.
  • El Caldo de Pollo: Intensificando el Sabor: Utilizar caldo de pollo en lugar de agua para el líquido de cocción intensifica el sabor del guiso. Utiliza caldo de pollo casero o de buena calidad. Si utilizas caldo de pollo de brick, elige uno bajo en sal para poder controlar mejor el punto de sal del guiso. Si no tienes caldo de pollo, puedes utilizar agua, pero en este caso, asegúrate de sazonar bien el guiso con sal y especias.
  • El Tiempo de Cocción: Ajustando a la Gallina: El tiempo de cocción en olla de presión puede variar según el tipo de olla, el tamaño de los trozos de gallina y la edad de la gallina. Una gallina más joven y tierna requerirá menos tiempo de cocción que una gallina más vieja y dura. Consulta el manual de tu olla de presión para obtener tiempos de cocción orientativos y ajusta el tiempo según sea necesario. Es mejor quedarse corto de cocción y añadir unos minutos más que pasarse y que la gallina quede seca.
  • La Reducción de la Salsa: Concentrando Sabores: Una vez que la gallina esté cocida, si la salsa está demasiado líquida, puedes reducirla cocinando unos minutos más sin presión, en función "cocción lenta" o "fuego suave", con la olla abierta o semi-abierta. La reducción de la salsa concentra los sabores y consigue una textura más espesa y untuosa. Remueve ocasionalmente para evitar que la salsa se pegue al fondo de la olla.
  • El Reposo: Mejorando el Sabor: Como muchos guisos, la gallina guisada mejora con el reposo. Si tienes tiempo, prepara el guiso con antelación y déjalo reposar en la nevera durante unas horas o incluso de un día para otro. Los sabores se integrarán y se intensificarán, y el guiso estará aún más delicioso al día siguiente. Recalienta suavemente antes de servir.
  • Variaciones Regionales y Personales: Un Mundo de Posibilidades: La gallina guisada es un plato muy versátil que admite numerosas variaciones regionales y personales. En algunas regiones se añade chorizo, jamón serrano o panceta para darle un toque ahumado y sabroso. En otras, se utilizan diferentes tipos de verduras, como guisantes, champiñones, alcachofas o espárragos trigueros. También puedes añadir especias como comino, clavo o canela para darle un toque más exótico. No tengas miedo de experimentar y adaptar la receta a tus gustos y preferencias. La cocina es un arte en constante evolución, y la gallina guisada es un lienzo en blanco para tu creatividad culinaria.

La Gallina Guisada en el Contexto Culinario: Tradición, Evolución y Versatilidad

La gallina guisada es un plato con profundas raíces en la cocina tradicional de muchas culturas. Desde las zonas rurales hasta las mesas más refinadas, este guiso ha sabido adaptarse a los tiempos y a los gustos, manteniendo siempre su esencia reconfortante y sabrosa. Entender su historia y evolución nos permite apreciar aún más su valor culinario.

Un Plato de Orígenes Humildes: Históricamente, la gallina guisada era un plato asociado a la cocina rural y a las familias campesinas. La gallina, una vez finalizada su etapa de puesta de huevos, se convertía en un ingrediente económico y accesible para alimentar a la familia. Los guisos, en general, eran una forma ingeniosa de aprovechar al máximo los ingredientes disponibles, incluyendo las partes menos nobles de los animales y las verduras de temporada. La cocción lenta y prolongada, característica de los guisos tradicionales, permitía ablandar las carnes más duras y extraer el máximo sabor de los ingredientes.

La Olla de Presión: Una Revolución en la Cocina: La llegada de la olla de presión supuso una verdadera revolución en la cocina, democratizando la preparación de platos que tradicionalmente requerían largas horas de cocción. La gallina guisada, un plato que antes se cocinaba durante horas a fuego lento, se transformó en una receta rápida y accesible para el día a día, sin perder su sabor y calidad. La olla de presión no solo reduce los tiempos de cocción, sino que también conserva mejor las vitaminas y nutrientes de los alimentos, y concentra los sabores de forma más intensa.

Más Allá de la Receta Única: Un Universo de Variaciones: La gallina guisada no es una receta estática y uniforme, sino un concepto culinario que se adapta a las diferentes culturas, regiones y gustos personales. Cada país, cada región, e incluso cada familia, tiene su propia versión de la gallina guisada, con variaciones en los ingredientes, las especias, las técnicas de cocción y los acompañamientos. Desde la gallina en pepitoria española, con su salsa espesa de almendras y azafrán, hasta la gallina guisada dominicana, con su toque caribeño de cilantro y ají gustoso, pasando por la gallina guisada hondureña, con su sabor latinoamericano de comino y achiote, la diversidad de recetas de gallina guisada es inmensa y fascinante.

La Gallina Guisada en la Cocina Moderna: Relevancia y Versatilidad: En la actualidad, la gallina guisada sigue siendo un plato muy apreciado en muchas partes del mundo, tanto por su sabor reconfortante y familiar como por su versatilidad y adaptabilidad a los gustos contemporáneos. En la cocina moderna, la gallina guisada se reinventa con ingredientes innovadores, técnicas de cocción más precisas y presentaciones más sofisticadas, manteniendo siempre su esencia de plato casero y nutritivo. La olla de presión sigue siendo una herramienta fundamental para preparar una gallina guisada rápida y deliciosa, pero también se utilizan otras técnicas de cocción, como la cocción lenta en olla de barro o la cocción al vacío, para explorar diferentes texturas y sabores.

Un Plato para Todos los Paladares: La gallina guisada es un plato que gusta a grandes y pequeños, a principiantes y a expertos en la cocina, a amantes de la tradición y a exploradores de nuevos sabores. Su sencillez de preparación, su versatilidad de ingredientes y su sabor reconfortante la convierten en una opción ideal para cualquier ocasión, desde una comida familiar cotidiana hasta una celebración especial. La gallina guisada es mucho más que una simple receta; es un símbolo de la cocina casera, de la tradición culinaria y del placer de compartir una buena comida con los seres queridos. Es un plato que nos conecta con nuestras raíces, con nuestra cultura y con el sabor auténtico de la cocina de siempre, reinventado para la cocina de hoy.

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