La marmita de bonito cántabra, también conocida como "sorropotún" en algunas localidades, es mucho más que un simple guiso de pescado. Es una expresión cultural, un plato que encapsula la historia, la geografía y las costumbres de la costa de Cantabria. Su origen humilde, ligado a los pescadores que faenaban en el Cantábrico, contrasta con la riqueza de su sabor y la complejidad de su elaboración, que varía sutilmente de un pueblo a otro, de una familia a otra.
Orígenes e Historia
La historia de la marmita de bonito está intrínsecamente ligada a la pesca del bonito del norte (Thunnus alalunga), un pez migratorio que visita las aguas del Cantábrico durante los meses de verano. Los pescadores, tras largas jornadas en la mar, necesitaban una comida nutritiva, reconfortante y fácil de preparar con los ingredientes disponibles: el propio bonito, patatas, cebollas, pimientos y tomates, entre otros. La "marmita" no era más que la olla o caldero donde se cocinaba este guiso, y con el tiempo, el nombre del recipiente pasó a denominar el plato en sí mismo. Este origen práctico y funcional explica la diversidad de recetas existentes, cada una adaptada a los gustos y recursos de cada hogar.
Ingredientes Esenciales
Aunque existen variaciones, los ingredientes esenciales para preparar una auténtica marmita de bonito cántabra son:
- Bonito del Norte: Debe ser fresco y de buena calidad. La textura firme y el sabor intenso del bonito son fundamentales para el éxito del plato. Es importante limpiar bien el bonito, retirando la piel y las espinas, y cortarlo en dados de tamaño mediano.
- Patatas: Preferiblemente de una variedad que no se deshaga durante la cocción, como la patata gallega o la patata monalisa. Las patatas aportan consistencia y sabor al guiso. Se suelen cortar en trozos irregulares, "escachadas", para que suelten almidón y espesen la salsa.
- Cebolla: Aporta dulzor y profundidad de sabor. Se pica finamente y se sofríe lentamente hasta que esté transparente.
- Pimiento verde: Añade un toque fresco y ligeramente amargo. También se pica finamente y se sofríe junto con la cebolla.
- Tomate: Puede ser tomate natural triturado o tomate concentrado. Aporta acidez y color al guiso.
- Ajo: Un par de dientes de ajo picados finamente realzan el sabor del conjunto.
- Pimiento choricero: La carne de pimiento choricero, previamente hidratada, aporta un sabor ahumado y ligeramente dulce característico.
- Vino blanco: Un chorrito de vino blanco seco ayuda a desglasar el fondo de la olla y aporta un toque de acidez.
- Caldo de pescado: Preferiblemente casero, elaborado con las espinas y la cabeza del bonito. El caldo de pescado es fundamental para aportar sabor y jugosidad al guiso. Si no se dispone de caldo casero, se puede utilizar caldo de pescado envasado de buena calidad.
- Aceite de oliva virgen extra: Para sofreír las verduras y dar un toque final al plato.
- Sal y pimienta: Para sazonar al gusto.
- Laurel: Una hoja de laurel aporta un aroma sutil y agradable.
- Pan (opcional): Algunas recetas tradicionales incluyen pan remojado en el caldo al final de la cocción para espesar la salsa y aportar textura.
Preparación Paso a Paso
La preparación de la marmita de bonito cántabra requiere paciencia y atención al detalle. A continuación, se detalla un posible proceso de elaboración:
- Preparación de los ingredientes: Pelar y lavar las patatas. Cortarlas en trozos irregulares. Picar finamente la cebolla, el pimiento verde y el ajo. Hidratar la carne del pimiento choricero. Limpiar y trocear el bonito.
- Sofrito: En una cazuela o marmita de fondo grueso, calentar aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añadir la cebolla y el pimiento verde y sofreír lentamente hasta que estén transparentes y pochados. Añadir el ajo picado y sofreír durante un minuto más, teniendo cuidado de que no se queme.
- Añadir el tomate: Incorporar el tomate triturado o concentrado al sofrito y cocinar durante unos minutos hasta que se evapore el exceso de agua.
- Añadir las patatas: Incorporar las patatas a la cazuela y remover para que se impregnen del sofrito.
- Mojar con el vino blanco: Verter un chorrito de vino blanco sobre las patatas y dejar que se evapore el alcohol.
- Añadir el caldo de pescado: Cubrir las patatas con caldo de pescado. Añadir la carne del pimiento choricero y la hoja de laurel. Sazonar con sal y pimienta al gusto.
- Cocción a fuego lento: Llevar a ebullición, luego reducir el fuego a bajo, tapar la cazuela y cocinar a fuego lento durante unos 20-25 minutos, o hasta que las patatas estén tiernas.
- Añadir el bonito: Incorporar el bonito troceado a la cazuela y cocinar durante unos 5-7 minutos, o hasta que esté cocido pero jugoso. Es importante no sobrecocinar el bonito, ya que se resecaría.
- Espesar la salsa (opcional): Si se desea una salsa más espesa, se puede añadir pan remojado en el caldo al final de la cocción. Remover bien para que el pan se deshaga y espese la salsa.
- Reposar y servir: Retirar la cazuela del fuego y dejar reposar durante unos minutos antes de servir. Servir caliente, adornado con perejil fresco picado (opcional).
Variaciones Regionales y Secretos de Cocina
Como se ha mencionado, la marmita de bonito cántabra admite numerosas variaciones. Algunas recetas incluyen otros ingredientes, como pimiento rojo, zanahoria o guisantes. También existen variaciones en la forma de cortar las patatas, algunas personas prefieren cortarlas en rodajas en lugar de trozos irregulares. Algunos cocineros añaden un poco de pimentón dulce o picante para darle un toque extra de sabor. El uso de ñoras en lugar de pimiento choricero es también una variante común.
Uno de los secretos para preparar una marmita de bonito cántabra deliciosa es utilizar ingredientes de buena calidad y cocinar a fuego lento, permitiendo que los sabores se mezclen y se desarrollen plenamente. Otro secreto es no sobrecocinar el bonito, ya que se resecaría y perdería su sabor. Finalmente, es importante ajustar la cantidad de caldo de pescado para obtener la consistencia deseada. La marmita debe tener una salsa espesa y jugosa, pero no debe ser demasiado líquida.
Maridaje y Degustación
La marmita de bonito cántabra es un plato contundente y sabroso que marida bien con vinos blancos secos y frescos, como un albariño o un godello. También se puede acompañar con un vino rosado ligero y afrutado. En cuanto a la cerveza, una lager suave y refrescante es una buena opción.
La marmita de bonito cántabra se puede disfrutar como plato principal, acompañada de una ensalada verde o un trozo de pan crujiente. También se puede servir como tapa o aperitivo, en pequeñas cazuelas individuales. Lo importante es disfrutar de su sabor auténtico y reconfortante, que evoca la tradición marinera de Cantabria.
Más allá de la receta: Un plato con identidad
La marmita de bonito cántabra es más que una simple receta; es un símbolo de identidad regional. Representa la conexión de Cantabria con el mar, la cultura de la pesca y la importancia de los productos locales en la gastronomía. Al preparar y degustar este plato, se está experimentando un pedazo de la historia y la cultura de Cantabria. Es un plato que se transmite de generación en generación, manteniendo viva la tradición y el sabor auténtico del norte.
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