El provolone con tomate es un plato sencillo, pero profundamente satisfactorio, que captura la esencia de la cocina italiana: ingredientes frescos, sabores intensos y una preparación sin complicaciones. Este aperitivo, ideal para compartir, ofrece una experiencia gustativa que evoca la calidez y la familiaridad de las trattorias italianas. A continuación, exploraremos en detalle cómo preparar este delicioso plato, considerando diversas variantes y consejos para lograr un resultado excepcional.
Ingredientes Esenciales
La calidad de los ingredientes es crucial para el éxito de esta receta. Si bien la simplicidad del plato reside en su corta lista de ingredientes, cada uno de ellos debe ser seleccionado cuidadosamente:
- Queso Provolone: El protagonista indiscutible. Busca un provolone de buena calidad, preferiblemente italiano. Existen dos variedades principales: dulce y picante. El provolone dulce ofrece un sabor suave y cremoso, mientras que el picante tiene un sabor más intenso y complejo. La elección dependerá de tus preferencias personales. El provolone affumicato (ahumado) también es una excelente opción para añadir un toque distintivo.
- Tomates: La base de la salsa. Los tomates frescos de temporada son la mejor opción, especialmente los tomates San Marzano, conocidos por su sabor dulce y baja acidez. Si no están disponibles, puedes utilizar tomates enlatados de buena calidad, preferiblemente enteros y pelados. Evita los tomates que tengan un sabor metálico o excesivamente ácido. Los tomates cherry también son una excelente alternativa, aportando un dulzor concentrado y una estética atractiva.
- Ajo: Un aromático esencial. Utiliza ajo fresco, preferiblemente de origen local. El ajo añade profundidad y complejidad al sabor de la salsa. Asegúrate de no quemarlo al cocinarlo, ya que esto puede amargar el plato.
- Cebolla: Otro aromático fundamental. La cebolla blanca o amarilla son las opciones más comunes. La cebolla morada puede añadir un toque de dulzor y color, pero su sabor es más pronunciado.
- Hierbas Aromáticas: El orégano y la albahaca son las hierbas tradicionales utilizadas en esta receta. Utiliza hierbas frescas siempre que sea posible, ya que tienen un sabor más intenso y vibrante. El orégano seco también es una opción aceptable, pero asegúrate de utilizarlo con moderación, ya que su sabor es más concentrado.
- Aceite de Oliva Virgen Extra: La base de la cocina mediterránea. Utiliza un aceite de oliva de buena calidad, preferiblemente italiano o español. El aceite de oliva virgen extra añade sabor y aroma al plato, además de ser una fuente de grasas saludables.
- Sal y Pimienta Negra: Para sazonar al gusto. Utiliza sal marina o sal kosher, que tienen un sabor más limpio que la sal de mesa. La pimienta negra recién molida añade un toque de picante y complejidad al sabor.
Preparación de la Salsa de Tomate
La salsa de tomate es un componente clave del provolone con tomate. Si bien existen muchas variantes, la base es siempre la misma: tomates, ajo, cebolla y hierbas aromáticas. A continuación, exploraremos diferentes métodos de preparación:
Salsa de Tomate Fresca
Esta es la opción más sabrosa y saludable. Utiliza tomates frescos de temporada, preferiblemente San Marzano. Para preparar la salsa:
- Prepara los tomates: Lava, retira el corazón y corta los tomates en trozos pequeños. Si deseas una salsa más suave, puedes pelar los tomates sumergiéndolos brevemente en agua hirviendo y luego pasándolos por agua fría.
- Sofríe los aromáticos: En una sartén grande, calienta aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade la cebolla picada y el ajo laminado y sofríe hasta que estén blandos y translúcidos, aproximadamente 5-7 minutos. Ten cuidado de no quemar el ajo, ya que esto puede amargar la salsa.
- Añade los tomates: Agrega los tomates troceados a la sartén y cocina a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que se hayan deshecho y la salsa se haya espesado, aproximadamente 20-30 minutos. Si la salsa se seca demasiado, puedes añadir un poco de agua o caldo de verduras.
- Sazona: Añade sal, pimienta negra, orégano y albahaca al gusto. Prueba la salsa y ajusta la sazón según sea necesario.
- Tritura (opcional): Si prefieres una salsa más suave, puedes triturar la salsa con una batidora de mano o un procesador de alimentos.
Salsa de Tomate con Tomates Enlatados
Esta es una opción más rápida y conveniente, especialmente si no tienes tomates frescos disponibles. Utiliza tomates enlatados de buena calidad, preferiblemente enteros y pelados. Para preparar la salsa:
- Sofríe los aromáticos: Sigue el mismo procedimiento que para la salsa de tomate fresca.
- Añade los tomates: Agrega los tomates enlatados a la sartén y deshazlos con una cuchara. Cocina a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa se haya espesado, aproximadamente 15-20 minutos.
- Sazona: Sigue el mismo procedimiento que para la salsa de tomate fresca.
- Tritura (opcional): Sigue el mismo procedimiento que para la salsa de tomate fresca.
Salsa de Tomate con Tomate Frito
Esta es la opción más rápida y sencilla, ideal para cuando tienes poco tiempo. Utiliza tomate frito de buena calidad, preferiblemente casero o de una marca reconocida. Para preparar la salsa:
- Sofríe los aromáticos: Sigue el mismo procedimiento que para la salsa de tomate fresca.
- Añade el tomate frito: Agrega el tomate frito a la sartén y calienta a fuego medio-bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que esté caliente, aproximadamente 5-10 minutos.
- Sazona: Añade orégano y albahaca al gusto. Prueba la salsa y ajusta la sazón según sea necesario. Ten en cuenta que el tomate frito ya está sazonado, por lo que es posible que no necesites añadir mucha sal.
Preparación del Provolone con Tomate
Una vez que tengas la salsa de tomate lista, puedes proceder a preparar el provolone con tomate. Existen diferentes métodos de cocción, cada uno con sus propias ventajas y desventajas:
Provolone al Horno
Esta es la opción más común y sencilla. El horno permite que el queso se funda uniformemente y que la salsa se caliente a la perfección. Para preparar el provolone al horno:
- Precalienta el horno: Precalienta el horno a 180°C (350°F).
- Prepara la cazuela: Vierte la salsa de tomate en una cazuela de barro o un recipiente apto para horno. Si no tienes una cazuela de barro, puedes utilizar una sartén de hierro fundido o un recipiente de cerámica.
- Coloca el provolone: Coloca una rodaja o un trozo de queso provolone en el centro de la salsa. Si utilizas una rodaja, asegúrate de que sea lo suficientemente gruesa para que no se derrita por completo. Si utilizas un trozo, puedes cortarlo en cubos o dejarlo entero.
- Hornea: Hornea durante 10-15 minutos, o hasta que el queso esté fundido y burbujeante. Vigila el queso de cerca para que no se queme.
- Sirve: Retira la cazuela del horno y sirve inmediatamente. Acompaña con pan crujiente para mojar en la salsa y el queso fundido.
Provolone a la Sartén
Esta es una opción más rápida que el horno, ideal para cuando tienes poco tiempo. La sartén permite controlar el punto de cocción del queso y la salsa. Para preparar el provolone a la sartén:
- Calienta la sartén: Calienta aceite de oliva virgen extra en una sartén a fuego medio. Utiliza una sartén antiadherente para evitar que el queso se pegue.
- Añade la salsa: Vierte la salsa de tomate en la sartén y calienta a fuego medio-bajo.
- Coloca el provolone: Coloca una rodaja o un trozo de queso provolone en el centro de la salsa.
- Cocina: Cocina durante 5-10 minutos, o hasta que el queso esté fundido y burbujeante. Vigila el queso de cerca para que no se queme. Si el queso se derrite demasiado rápido, reduce el fuego.
- Sirve: Sirve inmediatamente, directamente de la sartén. Acompaña con pan crujiente para mojar en la salsa y el queso fundido.
Provolone a la Parrilla
Esta es una opción más sofisticada, ideal para una comida al aire libre. La parrilla añade un sabor ahumado al queso y la salsa. Para preparar el provolone a la parrilla:
- Prepara la parrilla: Precalienta la parrilla a fuego medio.
- Prepara el provolone: Corta el queso provolone en rodajas gruesas, de aproximadamente 1 cm de grosor. Pincela las rodajas con aceite de oliva virgen extra para evitar que se peguen a la parrilla.
- Asa el provolone: Asa las rodajas de provolone en la parrilla durante 2-3 minutos por cada lado, o hasta que estén marcadas y ligeramente fundidas. Vigila el queso de cerca para que no se queme.
- Prepara la salsa: Calienta la salsa de tomate en una sartén aparte.
- Sirve: Sirve las rodajas de provolone a la parrilla sobre la salsa de tomate caliente. Acompaña con pan crujiente para mojar en la salsa y el queso fundido.
Variaciones y Toques Personales
La receta del provolone con tomate es muy versátil y permite muchas variaciones y toques personales. A continuación, algunas ideas:
- Añade verduras: Puedes añadir otras verduras a la salsa de tomate, como pimientos, champiñones o berenjenas. Sofríe las verduras junto con la cebolla y el ajo.
- Añade carne: Puedes añadir carne picada, salchicha italiana o panceta a la salsa de tomate. Sofríe la carne junto con la cebolla y el ajo.
- Añade especias: Puedes añadir otras especias a la salsa de tomate, como pimentón, chile o comino. Añade las especias al mismo tiempo que el orégano y la albahaca.
- Añade vino: Puedes añadir un chorrito de vino tinto o blanco a la salsa de tomate. Añade el vino después de sofreír los aromáticos y deja que se evapore el alcohol antes de añadir los tomates.
- Añade aceitunas: Puedes añadir aceitunas negras o verdes a la salsa de tomate. Añade las aceitunas al final de la cocción.
- Añade alcaparras: Puedes añadir alcaparras a la salsa de tomate. Añade las alcaparras al final de la cocción.
- Añade anchoas: Puedes añadir anchoas a la salsa de tomate. Sofríe las anchoas junto con la cebolla y el ajo.
- Utiliza diferentes tipos de queso: Puedes utilizar otros tipos de queso en lugar del provolone, como mozzarella, fontina o scamorza. Ten en cuenta que cada tipo de queso tiene un sabor y una textura diferente.
- Añade un huevo: Puedes romper un huevo sobre el provolone con tomate antes de hornearlo o cocinarlo en la sartén. El huevo añadirá cremosidad y riqueza al plato.
- Gratina con pan rallado: Puedes espolvorear pan rallado sobre el provolone con tomate antes de hornearlo. El pan rallado creará una costra crujiente y dorada.
Consejos y Trucos
Para obtener el mejor resultado posible, ten en cuenta los siguientes consejos y trucos:
- Utiliza ingredientes de buena calidad: La calidad de los ingredientes es fundamental para el sabor del plato. Utiliza queso provolone de buena calidad, tomates frescos de temporada y aceite de oliva virgen extra.
- No quemes el ajo: El ajo quemado puede amargar el plato. Sofríe el ajo a fuego medio hasta que esté blando y translúcido, pero no dejes que se dore demasiado.
- Sazona al gusto: Prueba la salsa de tomate y ajústala de sal, pimienta y hierbas aromáticas según sea necesario.
- Vigila el queso de cerca: El queso provolone se derrite rápidamente, por lo que es importante vigilarlo de cerca para que no se queme.
- Sirve inmediatamente: El provolone con tomate se sirve mejor caliente, justo después de haber sido horneado, cocinado en la sartén o asado a la parrilla.
- Acompaña con pan crujiente: El pan crujiente es el acompañamiento perfecto para mojar en la salsa y el queso fundido. Utiliza pan italiano, baguette o pan de campo.
Provolone con Tomate: Un Plato para Compartir
El provolone con tomate es más que una simple receta; es una invitación a compartir momentos especiales con amigos y familiares. Su sencillez y versatilidad lo convierten en un plato ideal para cualquier ocasión, desde una cena informal hasta una celebración más elaborada. La combinación de sabores intensos y la textura reconfortante del queso fundido lo convierten en un éxito asegurado. Anímate a preparar esta delicia italiana y descubre por qué es un clásico atemporal.
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