Redondo de Pollo Guisado: Un Clásico Reconfortante para Toda la Familia

En el corazón de la cocina casera, donde los aromas cálidos y reconfortantes nos abrazan, encontramos platos que trascienden generaciones. Elredondo de pollo guisado es uno de esos tesoros culinarios, una receta sencilla en apariencia pero rica en sabor y matices. Más allá de la simpleza de sus ingredientes, reside un plato versátil, capaz de adaptarse a diferentes paladares y ocasiones, siempre manteniendo esa esencia hogareña que tanto apreciamos.

Lejos de ser una preparación monótona, el redondo de pollo guisado se presenta como un lienzo en blanco para la creatividad culinaria. Cada ingrediente, cada técnica, aporta una dimensión nueva, transformando un plato básico en una experiencia gastronómica memorable. Desde la elección del pollo hasta el último toque de hierbas frescas, cada detalle cuenta para lograr un resultado excepcional.

En este artículo, exploraremos en profundidad el arte del redondo de pollo guisado, desgranando cada paso, revelando los secretos para un sabor auténtico y ofreciendo ideas para personalizar esta receta clásica. Prepárate para descubrir cómo convertir ingredientes sencillos en un plato que deleitará a todos, desde los paladares más exigentes hasta los comensales más jóvenes.

Ingredientes para un Redondo de Pollo Guisado Excepcional

La calidad de los ingredientes es el cimiento de cualquier plato delicioso, y el redondo de pollo guisado no es una excepción. Elegir con criterio cada componente asegura un sabor profundo y auténtico. Aquí te presentamos una lista detallada, con opciones y consideraciones para que puedas adaptar la receta a tus preferencias y disponibilidad:

  • Pollo: El protagonista indiscutible. Para un "redondo", tradicionalmente se utiliza un pollo entero deshuesado, aunque también puedes optar por muslos y contramuslos deshuesados y sin piel para una opción más práctica y con un sabor más intenso debido a la mayor proporción de carne oscura. Calcula aproximadamente 1.5 kg de pollo para 4-6 personas. Prioriza el pollo de corral o ecológico, ya que su sabor es notablemente superior y su textura más firme.
  • Cebolla: La base aromática del guiso. Utiliza 2 cebollas medianas, preferiblemente cebolla blanca o amarilla, por su sabor suave y versátil. La cebolla morada aportará un toque más dulce y un color ligeramente más intenso al guiso.
  • Ajo: Imprescindible para un sabor profundo. 4-5 dientes de ajo serán suficientes para un guiso equilibrado. Si prefieres un sabor más suave, puedes utilizar ajo confitado o asado.
  • Zanahorias: Aportan dulzor natural y color vibrante. 2-3 zanahorias medianas, cortadas en rodajas o trozos grandes, son ideales. Las zanahorias baby también son una opción práctica y estética.
  • Pimiento (opcional): Para un toque extra de sabor y color. Puedes añadir medio pimiento rojo y medio pimiento verde, cortados en tiras o trozos. El pimiento amarillo también es una excelente opción.
  • Tomate: Fundamental para la salsa. Puedes utilizar 400g de tomate triturado natural, tomate troceado en conserva o incluso tomate maduro rallado. Para un sabor más intenso, el tomate concentrado (1-2 cucharadas) potenciará la salsa.
  • Vino blanco (opcional): Añade profundidad y complejidad al sabor. 1 vaso de vino blanco seco (como un Chardonnay o un Sauvignon Blanc) es suficiente. Si no deseas utilizar vino, puedes sustituirlo por caldo de pollo.
  • Caldo de pollo: El líquido base del guiso. Utiliza caldo de pollo casero o de buena calidad. Aproximadamente 500ml serán necesarios, pero puede que necesites añadir más durante la cocción si el guiso se seca demasiado.
  • Aceite de oliva virgen extra: Para sofreír y dar sabor. Utiliza aceite de oliva virgen extra de buena calidad, ya que su sabor influye significativamente en el resultado final.
  • Harina (opcional): Para espesar ligeramente la salsa. 1-2 cucharadas de harina de trigo común serán suficientes. Si prefieres una opción sin gluten, puedes utilizar harina de maíz o almidón de maíz.
  • Hierbas aromáticas: Esenciales para el aroma y sabor. Laurel, tomillo, romero, perejil fresco... elige tus favoritas o combina varias. Unas hojas de laurel y unas ramitas de tomillo fresco son clásicos.
  • Sal y pimienta negra recién molida: Para sazonar. Utiliza sal gruesa o sal kosher para un mejor control del sazonamiento. La pimienta negra recién molida aporta un aroma y sabor superiores a la pimienta premolida.

Elaboración Paso a Paso del Redondo de Pollo Guisado Fácil y Delicioso

La preparación del redondo de pollo guisado es más sencilla de lo que podría parecer. Siguiendo estos pasos detallados, lograrás un plato tierno, jugoso y lleno de sabor:

  1. Preparación del pollo: Si utilizas un pollo entero deshuesado, asegúrate de que esté limpio y seco. Si utilizas muslos y contramuslos, sécalos con papel de cocina. Salpimienta el pollo generosamente por todos lados. Si deseas, puedes rellenar el pollo entero con verduras, frutos secos o incluso carne picada antes de cerrarlo y bridarlo. Sin embargo, para una receta fácil, omitiremos el relleno y nos centraremos en el guiso simple.
  2. Sofrito aromático: En una cazuela grande y de fondo grueso (preferiblemente de hierro fundido o barro, si tienes), calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade la cebolla picada en juliana fina y el ajo laminado. Sofríe a fuego suave, removiendo ocasionalmente, hasta que la cebolla esté transparente y ligeramente pochada, unos 8-10 minutos. Este paso es crucial para desarrollar el sabor base del guiso, así que no tengas prisa. Evita que el ajo se queme, ya que amargaría el sofrito.
  3. Incorporación de las verduras (si se usan): Si utilizas pimiento y zanahoria, añádelos a la cazuela junto con la cebolla y el ajo pochados. Sofríe unos minutos más, hasta que las verduras estén ligeramente tiernas. La idea no es cocinarlas por completo en este paso, sino que empiecen a liberar sus sabores y se integren con el sofrito.
  4. Sellado del pollo: Sube el fuego a medio-alto. Si vas a utilizar harina para espesar la salsa, enharina ligeramente el pollo por todos lados. Esto ayudará a que se dore mejor y a espesar la salsa posteriormente. Añade el pollo a la cazuela y séllalo por todos lados, dorándolo uniformemente. Este paso es fundamental para sellar los jugos del pollo y aportarle un sabor más intenso y una textura más agradable. No amontones el pollo en la cazuela; si es necesario, séllalo en tandas para que se dore correctamente. Retira el pollo de la cazuela y reserva.
  5. Desglasado (opcional pero recomendable): Si has utilizado vino blanco, es el momento de desglasar la cazuela. Vierte el vino blanco en la cazuela caliente y raspa el fondo con una cuchara de madera para despegar los jugos caramelizados que se hayan quedado pegados del pollo. Deja que el vino se reduzca un poco, evaporando el alcohol y concentrando los sabores. Si no utilizas vino, puedes omitir este paso o desglasar con un poco de caldo de pollo.
  6. Salsa de tomate y caldo: Añade el tomate triturado (o tomate rallado) a la cazuela y cocina unos minutos, removiendo, para que se evapore el exceso de agua y se concentre el sabor. Si utilizas tomate concentrado, añádelo ahora y sofríe un minuto junto con el tomate triturado. Incorpora el caldo de pollo a la cazuela. Añade también las hierbas aromáticas (laurel, tomillo, etc.), sal y pimienta al gusto. Prueba la salsa y ajusta el sazonamiento si es necesario. Recuerda que el sabor se intensificará durante la cocción.
  7. Guiso a fuego lento: Vuelve a colocar el pollo en la cazuela, asegurándote de que quede cubierto por la salsa (si no es así, añade un poco más de caldo). Lleva la salsa a ebullición, luego reduce el fuego al mínimo, tapa la cazuela y cocina a fuego lento durante al menos 1 hora y 30 minutos, o hasta que el pollo esté muy tierno y se deshaga fácilmente con un tenedor. El tiempo de cocción dependerá del tamaño y tipo de pollo. Si utilizas un pollo entero deshuesado, puede que necesite más tiempo. Si utilizas muslos y contramuslos, se cocinarán más rápido. Remueve ocasionalmente durante la cocción y comprueba que la salsa no se seque demasiado; si es necesario, añade un poco más de caldo.
  8. Espesar la salsa (opcional): Si prefieres una salsa más espesa, puedes retirarla del fuego al final de la cocción. Disuelve una cucharadita de harina de maíz (maicena) en un poco de caldo frío y añádelo a la salsa, removiendo bien. Vuelve a poner la cazuela al fuego y cocina unos minutos más, hasta que la salsa espese al punto deseado. Otra opción es triturar una parte de las verduras de la salsa con una batidora de mano para espesarla de forma natural.
  9. Reposo y servicio: Una vez que el pollo esté tierno, retira la cazuela del fuego y deja reposar el guiso durante unos 10-15 minutos antes de servir. Este reposo permite que los sabores se asienten y se intensifiquen, y que el pollo se relaje y quede aún más jugoso. Sirve el redondo de pollo guisado bien caliente, acompañado de la salsa y guarniciones al gusto.

Variaciones y Adaptaciones para Personalizar tu Redondo de Pollo Guisado

La belleza del redondo de pollo guisado reside en su versatilidad. Puedes adaptar la receta a tus gustos, ingredientes disponibles y preferencias dietéticas. Aquí te presentamos algunas ideas para inspirarte:

  • Verduras adicionales: Añade otras verduras a tu guiso, como champiñones laminados, guisantes, alcachofas, espárragos trigueros, calabacín, berenjena... Las posibilidades son infinitas. Incorpora las verduras que requieran más cocción al principio, junto con la zanahoria y el pimiento, y las más tiernas (como los guisantes o los champiñones) hacia el final de la cocción.
  • Patatas: Las patatas son un acompañamiento clásico para el pollo guisado. Puedes añadirlas a la cazuela junto con el pollo, cortadas en trozos grandes, para que se cocinen en la salsa y absorban todos los sabores. O puedes cocinarlas aparte y servirlas como guarnición.
  • Hierbas y especias: Experimenta con diferentes hierbas y especias para variar el sabor del guiso. Prueba con pimentón dulce o picante, comino, orégano, mejorana, salvia, cilantro fresco, perejil picado... Unas hebras de azafrán o un poco de cúrcuma también aportarán color y un toque exótico.
  • Setas: Las setas (champiñones, níscalos, boletus, etc.) combinan de maravilla con el pollo guisado. Puedes añadirlas al sofrito o incorporarlas hacia el final de la cocción para que no se deshagan. Las setas deshidratadas también son una excelente opción; rehidrátalas en agua caliente y añade tanto las setas como el agua de rehidratación al guiso para un sabor más intenso.
  • Frutos secos: Almendras, nueces, piñones... Añadir frutos secos tostados al final de la cocción o al servir aportará un toque crujiente y un sabor interesante. Las almendras laminadas tostadas son un clásico.
  • Aceitunas: Las aceitunas verdes o negras (deshuesadas) aportarán un toque salino y mediterráneo al guiso. Añádelas hacia el final de la cocción para que no se arruguen demasiado.
  • Toque picante: Si te gusta el picante, puedes añadir una guindilla cayena entera (o un poco de guindilla molida) al sofrito, o unas gotas de salsa picante al final de la cocción.
  • Leche de coco: Para una versión más exótica y cremosa, puedes sustituir parte del caldo de pollo por leche de coco. Añádela hacia el final de la cocción y cocina unos minutos más para que se integren los sabores.
  • Cerveza: Sustituir el vino blanco por cerveza (rubia o tostada) aportará un sabor diferente y más robusto al guiso.
  • Versión sin gluten: Asegúrate de utilizar harina de maíz o almidón de maíz para espesar la salsa (si es necesario). Comprueba que el caldo de pollo sea sin gluten. Todos los demás ingredientes son naturalmente sin gluten.
  • Versión vegetariana/vegana: Aunque esta receta se centra en el pollo, la base del guiso (sofrito, verduras, salsa) es perfectamente adaptable para crear un guiso vegetariano o vegano. Sustituye el pollo por seitán, tofu firme, tempeh, legumbres (garbanzos, lentejas) o una combinación de verduras de raíz (boniato, chirivía, nabo).

Consejos y Trucos para un Redondo de Pollo Guisado Perfecto

Pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia en el resultado final. Aquí te compartimos algunos consejos y trucos para elevar tu redondo de pollo guisado a la perfección:

  • Utiliza pollo de calidad: Como mencionamos anteriormente, el pollo de corral o ecológico tiene un sabor superior y una textura más firme, lo que se traduce en un guiso más sabroso.
  • Sella bien el pollo: El sellado es crucial para retener los jugos del pollo y aportarle un sabor más intenso. Asegúrate de dorarlo uniformemente por todos lados antes de añadir la salsa.
  • Sofríe el sofrito a fuego lento: No tengas prisa en este paso. Un sofrito bien pochado, cocinado a fuego suave, es la base de un guiso lleno de sabor.
  • Desglasa la cazuela: El desglasado con vino blanco (o caldo) recupera los jugos caramelizados del pollo, aportando profundidad y complejidad a la salsa.
  • Cocina a fuego lento: La cocción lenta y suave es clave para conseguir un pollo tierno y jugoso y una salsa sabrosa y concentrada. El fuego lento permite que los sabores se desarrollen y se integren a la perfección.
  • No te excedas con el caldo: Añade caldo suficiente para cubrir el pollo, pero no te excedas. Demasiado caldo resultará en una salsa aguada. Si es necesario, puedes añadir más caldo durante la cocción si el guiso se seca demasiado.
  • Prueba y rectifica el sazonamiento: Prueba la salsa durante la cocción y ajusta el sazonamiento de sal, pimienta y hierbas aromáticas según tu gusto. Recuerda que el sabor se intensificará durante la cocción.
  • Deja reposar el guiso: El reposo antes de servir permite que los sabores se asienten y se intensifiquen, y que el pollo se relaje y quede aún más jugoso.
  • Utiliza una cazuela adecuada: Una cazuela de fondo grueso, como una de hierro fundido o barro, distribuye el calor de manera uniforme y ayuda a mantener una temperatura constante durante la cocción lenta.
  • No tengas miedo de experimentar: La cocina es un arte en constante evolución. No dudes en experimentar con diferentes ingredientes, hierbas, especias y técnicas para personalizar tu redondo de pollo guisado y encontrar tu versión perfecta.

Guarniciones Ideales para Acompañar tu Redondo de Pollo Guisado

Un buen plato principal siempre se realza con una guarnición adecuada. El redondo de pollo guisado, con su salsa sabrosa y su textura tierna, combina a la perfección con una variedad de acompañamientos. Aquí te sugerimos algunas opciones clásicas y creativas:

  • Arroz blanco: Un clásico infalible. El arroz blanco esponjoso absorbe la salsa del guiso y complementa su sabor suave. Puedes enriquecer el arroz con unas hojas de laurel durante la cocción o añadirle un poco de azafrán para darle color y aroma.
  • Patatas fritas o asadas: Otro acompañamiento clásico y reconfortante. Las patatas fritas crujientes o las patatas asadas al horno con hierbas aromáticas son una deliciosa opción. También puedes preparar un puré de patatas cremoso.
  • Puré de patatas: Un puré de patatas suave y cremoso, enriquecido con mantequilla y leche o nata, es una guarnición elegante y deliciosa para el pollo guisado.
  • Pan: Un buen pan crujiente es imprescindible para mojar en la salsa. Pan de pueblo, baguette, hogaza... elige tu favorito. También puedes tostar el pan y untarlo con ajo y aceite de oliva para un toque extra de sabor.
  • Verduras al vapor o salteadas: Para una opción más ligera y saludable, puedes acompañar el pollo guisado con verduras al vapor (brócoli, judías verdes, espárragos) o salteadas (champiñones, espinacas, pimientos).
  • Ensalada fresca: Una ensalada fresca y crujiente, con hojas verdes, tomate, cebolla y un aliño ligero, contrasta con la riqueza del guiso y refresca el paladar.
  • Couscous o quinoa: Para una opción más original y nutritiva, puedes acompañar el pollo guisado con couscous o quinoa. Prepara el couscous o la quinoa según las instrucciones del paquete y añádeles hierbas frescas picadas, frutos secos o pasas para darles sabor.
  • Polenta cremosa: La polenta cremosa, similar al puré de patatas pero con un sabor diferente, es una guarnición italiana que combina muy bien con guisos de carne.

Conservación y Re calentamiento del Redondo de Pollo Guisado

El redondo de pollo guisado es un plato que mejora con el tiempo. Los sabores se asientan y se intensifican al día siguiente, por lo que es perfecto para preparar con antelación o para aprovechar las sobras.

Conservación:

  • En el frigorífico: Una vez que el guiso se haya enfriado por completo, guárdalo en un recipiente hermético en el frigorífico. Se conservará en perfectas condiciones durante 3-4 días.
  • En el congelador: El redondo de pollo guisado también se puede congelar. Déjalo enfriar por completo, divídelo en porciones individuales o familiares y congélalo en recipientes herméticos o bolsas de congelación. Se conservará en el congelador durante 2-3 meses. Descongela el guiso lentamente en el frigorífico durante la noche antes de recalentarlo.

Re calentamiento:

  • En la cazuela: La mejor manera de re calentar el redondo de pollo guisado es en una cazuela a fuego lento. Añade un poco de caldo o agua si la salsa se ha espesado demasiado. Remueve ocasionalmente y cocina hasta que esté bien caliente.
  • En el microondas: También puedes re calentar el guiso en el microondas, pero puede que se seque un poco. Cubre el recipiente con una tapa apta para microondas o con film transparente (dejando una esquina sin cubrir para que escape el vapor) y calienta a intervalos cortos, removiendo entre cada intervalo, hasta que esté bien caliente.

Errores Comunes a Evitar al Preparar Redondo de Pollo Guisado

Incluso las recetas más sencillas tienen sus trampas. Conocer los errores comunes al preparar redondo de pollo guisado te ayudará a evitarlos y a lograr un resultado perfecto:

  • No dorar bien el pollo: Saltarse el paso del sellado o no dorar el pollo uniformemente puede resultar en un plato menos sabroso y con una textura menos agradable. Asegúrate de dorar el pollo por todos lados antes de añadir la salsa.
  • Quemar el sofrito: Un sofrito quemado arruinará el sabor de todo el guiso. Cocina la cebolla y el ajo a fuego suave y removiendo ocasionalmente para evitar que se quemen.
  • Excederse con el caldo: Demasiado caldo resultará en una salsa aguada y sin sabor. Añade caldo suficiente para cubrir el pollo, pero no te excedas. Si la salsa queda demasiado líquida, puedes reducirla hirviéndola a fuego fuerte sin tapa durante unos minutos al final de la cocción, o espesarla con un poco de harina de maíz.
  • No sazonar correctamente: Un guiso soso es una gran decepción. Sazona el pollo y la salsa generosamente con sal y pimienta. Prueba la salsa durante la cocción y ajusta el sazonamiento según tu gusto.
  • Cocinar el pollo en exceso: Cocinar el pollo demasiado tiempo puede resecarlo y dejarlo fibroso. Cocina el pollo a fuego lento hasta que esté tierno y se deshaga fácilmente con un tenedor, pero no lo cocines en exceso.
  • No dejar reposar el guiso: Saltarse el reposo final puede privarte de un sabor más intenso y una textura más jugosa. Deja reposar el guiso unos 10-15 minutos antes de servir para que los sabores se asienten y se intensifiquen.

Con esta guía completa, estás listo para preparar unredondo de pollo guisado fácil y delicioso que conquistará a todos. Anímate a experimentar, a adaptar la receta a tus gustos y a disfrutar del placer de cocinar y compartir un plato casero lleno de sabor y tradición.

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