La levadura, un microorganismo unicelular perteneciente al reino de los hongos, desempeña un papel crucial en la vinificación. Más allá de simplemente convertir el azúcar en alcohol, las levaduras influyen profundamente en el sabor, aroma, textura y estabilidad del vino. Esta guía profundiza en los diferentes tipos de levaduras utilizadas en la elaboración del vino, explorando sus características, funciones e impacto en el producto final.
Tradicionalmente, la fermentación del vino se iniciaba de forma espontánea gracias a las levaduras presentes de manera natural en la uva y en el entorno de la bodega. Estas levaduras "indígenas" o "salvajes" contribuyen a la complejidad del vino, pero también pueden ser impredecibles y llevar a resultados inconsistentes. En la actualidad, muchos enólogos optan por utilizar levaduras cultivadas, seleccionadas por sus características específicas y su capacidad para lograr un perfil de vino deseado. La elección de la levadura es una decisión crítica que impacta directamente en el éxito de la vinificación.
Levaduras Indígenas (Salvajes): Estas levaduras provienen del viñedo, la bodega y la uva misma. Son una mezcla compleja de especies y cepas, incluyendoKloeckera/Hanseniaspora,Metschnikowia, y, eventualmente,Saccharomyces cerevisiae. La fermentación espontánea con levaduras indígenas puede resultar en vinos con mayor complejidad aromática y una expresión más fiel del terroir. Sin embargo, también presentan riesgos. La fermentación puede ser lenta, incompleta o producir sabores indeseables (off-flavors) si las condiciones no son óptimas. La dominancia deSaccharomyces cerevisiae, necesaria para completar la fermentación, no siempre está garantizada.
Levaduras Cultivadas (Seleccionadas): Estas levaduras son cepas puras deSaccharomyces cerevisiae, aisladas y cultivadas en laboratorio. Se seleccionan por sus características específicas, como la tolerancia al alcohol, la velocidad de fermentación, la producción de ciertos compuestos aromáticos y la resistencia a condiciones adversas. El uso de levaduras cultivadas ofrece mayor control sobre el proceso de fermentación, garantizando resultados más consistentes y predecibles. Permite al enólogo dirigir el perfil aromático del vino y evitar problemas comunes como fermentaciones lentas o paradas.
Si bienSaccharomyces cerevisiae es la levadura más importante en la vinificación, otros géneros y especies también pueden estar presentes y contribuir al proceso, especialmente en las etapas iniciales de la fermentación o en vinos de fermentación espontánea.
El géneroSaccharomyces es el más importante en la vinificación. Dentro de este género, la especieSaccharomyces cerevisiae es la protagonista principal, responsable de la mayor parte de la fermentación alcohólica. Sin embargo, otras especies comoSaccharomyces bayanus también se utilizan, especialmente para la segunda fermentación en la elaboración de vinos espumosos y para fermentaciones en condiciones difíciles (alta graduación alcohólica, baja temperatura).
Esta especie es la levadura de fermentación por excelencia. Existen numerosas cepas deSaccharomyces cerevisiae, cada una con características únicas que influyen en el perfil del vino. Algunas cepas producen más ésteres (compuestos aromáticos frutales), otras producen más glicerol (que aporta suavidad en boca), y otras son más tolerantes al alcohol. La elección de la cepa es crucial para lograr el estilo de vino deseado.
Esta especie es más tolerante al alcohol y a las bajas temperaturas queSaccharomyces cerevisiae. Se utiliza a menudo para completar fermentaciones difíciles o para la segunda fermentación en la elaboración de vinos espumosos (método tradicional o champenoise). También puede contribuir a la acidez del vino.
Antes de queSaccharomyces cerevisiae domine la fermentación, otras levaduras, conocidas como no-Saccharomyces, juegan un papel importante en las primeras etapas. Estas levaduras pueden contribuir a la complejidad aromática del vino, pero también pueden producir compuestos indeseables si no se controlan.
Estas levaduras son comunes en la uva y en las primeras etapas de la fermentación. Pueden producir ésteres y otros compuestos aromáticos, pero también pueden generar ácido acético (vinagre) y otros sabores indeseables. Son menos tolerantes al alcohol queSaccharomyces cerevisiae y generalmente desaparecen a medida que avanza la fermentación.
Este género de levaduras se encuentra en la superficie de la uva y puede contribuir a la complejidad aromática del vino. Algunas especies deMetschnikowia producen enzimas que liberan compuestos aromáticos de los precursores presentes en la uva.
Esta levadura puede contribuir a la complejidad del vino y mejorar la sensación en boca. Produce menos alcohol queSaccharomyces cerevisiae y puede utilizarse en combinación con otras levaduras para reducir la graduación alcohólica del vino.
Algunas especies dePichia pueden producir sabores indeseables, como etilfenoles (aromas a cuero, establo), mientras que otras pueden contribuir a la complejidad aromática. Es importante controlar el crecimiento de estas levaduras para evitar problemas en el vino.
Estas levaduras son conocidas por producir etilfenoles, que pueden dar al vino aromas a cuero, sudor de caballo o curral. En pequeñas cantidades, estos aromas pueden ser considerados complejos, pero en altas concentraciones se consideran defectos. La presencia deBrettanomyces es un problema común en muchas bodegas, y es importante controlar su crecimiento mediante una buena higiene y el uso de dióxido de azufre (SO2).
Existen otros géneros y especies de levaduras que se encuentran con menos frecuencia en la vinificación, pero que pueden desempeñar un papel en ciertos vinos o en condiciones específicas. Estos incluyenZygosaccharomyces (tolerante al azúcar y al SO2),Schizosaccharomyces (que fermenta el ácido málico, reduciendo la acidez del vino), yCandida (que puede producir sabores indeseables).
La elección de la levadura es una decisión importante que debe basarse en el estilo de vino deseado, las características de la uva y las condiciones de la bodega. El enólogo debe considerar factores como la tolerancia al alcohol, la velocidad de fermentación, la producción de compuestos aromáticos, la resistencia a condiciones adversas (baja temperatura, alta concentración de azúcar), y la capacidad de competir con otras levaduras y bacterias.
Antes de añadir la levadura al mosto, es importante rehidratarla correctamente para asegurar su viabilidad y actividad. La rehidratación se realiza generalmente en agua tibia (35-40°C) durante unos 20-30 minutos, siguiendo las instrucciones del fabricante. La levadura rehidratada se añade luego al mosto, asegurando una buena distribución.
Las levaduras necesitan nutrientes para crecer y fermentar correctamente. El mosto de uva contiene nutrientes naturales, como nitrógeno, vitaminas y minerales. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario añadir nutrientes adicionales para asegurar una fermentación completa y evitar problemas como fermentaciones lentas o paradas. Los nutrientes más comunes son el fosfato de diamonio (DAP) y el nitrógeno orgánico.
Es importante monitorear la fermentación para asegurar que se desarrolle correctamente. Esto incluye medir la densidad del mosto (para seguir el progreso de la fermentación), la temperatura y la concentración de alcohol. Si la fermentación se vuelve lenta o se detiene, puede ser necesario tomar medidas correctivas, como añadir nutrientes o ajustar la temperatura.
La elección y el manejo de la levadura son aspectos cruciales de la vinificación. Un conocimiento profundo de los diferentes tipos de levaduras y sus características permite al enólogo controlar el proceso de fermentación y lograr el estilo de vino deseado. La investigación continua y la experimentación son fundamentales para mejorar la comprensión de la levadura y su impacto en el vino.
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