La tortilla de patata, ese plato humilde y reconfortante, admite infinitas variaciones. Hoy, exploraremos una versión que eleva la experiencia a un nuevo nivel: la tortilla de patata con queso rallado. Esta receta, cremosa y fácil de preparar, es perfecta tanto para una cena rápida entre semana como para sorprender a tus invitados.
Ingredientes: Más Allá de lo Básico
- Patatas: 1 kg, preferiblemente de una variedad que se deshaga un poco al freír, como la Monalisa o la Kennebec. La calidad de la patata influye directamente en la textura final.
- Huevos: 6-8, dependiendo del tamaño. Es importante que estén a temperatura ambiente para que la tortilla quede más esponjosa.
- Cebolla: 1 grande o 2 medianas, opcional. Si la utilizas, elige una variedad dulce para que no domine el sabor.
- Queso Rallado: 150-200g. Aquí es donde la cosa se pone interesante. Puedes usar una mezcla de quesos (Emmental, Gruyère, Cheddar) o uno solo (Manchego semicurado, Idiazabal) para darle un toque más personal. La clave está en que el queso funda bien y aporte sabor.
- Aceite de Oliva Virgen Extra: Abundante, para freír las patatas y la cebolla. No escatimes en la calidad del aceite; marca la diferencia.
- Sal y Pimienta Negra Recién Molida: Al gusto. La sal es fundamental para realzar los sabores.
Preparación Paso a Paso: El Arte de la Paciencia
Paso 1: Preparación de las Patatas y la Cebolla
Pelar y lavar las patatas. Cortarlas en rodajas finas, de aproximadamente 3-4 mm de grosor. Si la patata es muy grande, puedes cortarlas por la mitad para que tengan un tamaño similar. La uniformidad en el corte es clave para una cocción pareja.
Si usas cebolla, pélala y córtala en juliana fina. Puedes pocharla junto con las patatas o freírla por separado, dependiendo de tu gusto. Si la fríes por separado, ten cuidado de que no se queme, ya que amargaría la tortilla.
Paso 2: Confitar las Patatas y la Cebolla
En una sartén grande, calentar abundante aceite de oliva virgen extra a fuego medio-bajo. La temperatura del aceite es crucial: debe ser lo suficientemente caliente para cocinar las patatas, pero no tanto como para dorarlas rápidamente. El objetivo es confitarlas, es decir, cocinarlas lentamente en el aceite hasta que estén tiernas.
Añadir las patatas (y la cebolla, si la vas a pochar) a la sartén. Asegurarte de que estén bien cubiertas de aceite. Sazonar con sal y pimienta. Bajar el fuego al mínimo y cocinar durante unos 20-25 minutos, removiendo ocasionalmente para que no se peguen al fondo. Las patatas deben estar blandas y translúcidas, pero no doradas.
Es importante no freír las patatas a fuego alto, ya que se quemarían por fuera y quedarían crudas por dentro. La paciencia es la clave para conseguir unas patatas perfectamente confitadas.
Paso 3: Batir los Huevos y Mezclar con las Patatas
Mientras las patatas se confitan, batir los huevos en un bol grande. Sazonar con sal y pimienta. No batas los huevos en exceso; solo lo suficiente para que se mezclen la yema y la clara.
Cuando las patatas estén listas, retirarlas de la sartén con una espumadera y escurrirlas bien del exceso de aceite. Este paso es importante para que la tortilla no quede aceitosa.
Añadir las patatas escurridas al bol con los huevos batidos. Remover suavemente para que se integren bien. Dejar reposar la mezcla durante unos minutos para que las patatas absorban el sabor del huevo. Este reposo ayuda a que la tortilla quede más jugosa.
Paso 4: Añadir el Queso Rallado
Incorporar el queso rallado a la mezcla de patatas y huevo. Remover suavemente para que se distribuya uniformemente. Si utilizas varios tipos de queso, asegúrate de que estén bien mezclados.
Paso 5: Cuajar la Tortilla
En la misma sartén en la que confitaste las patatas, calentar una cucharada de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Verter la mezcla de patatas, huevo y queso en la sartén. Bajar el fuego al mínimo y cocinar durante unos 5-7 minutos, hasta que la tortilla empiece a cuajar por los bordes.
Para darle la vuelta a la tortilla, colocar un plato grande sobre la sartén. Sujetar el plato y la sartén firmemente y darle la vuelta con cuidado. Deslizar la tortilla de nuevo a la sartén, con la parte no cuajada hacia abajo. Cocinar durante otros 5-7 minutos, hasta que la tortilla esté completamente cuajada y dorada por ambos lados.
El tiempo de cocción dependerá del grosor de la tortilla y del fuego. Para comprobar si está lista, puedes pincharla con un palillo; si sale limpio, la tortilla está cocida.
Paso 6: Reposo y Degustación
Retirar la tortilla de la sartén y dejarla reposar durante unos minutos antes de servir. Esto permite que los sabores se asienten y que la tortilla se enfríe un poco, lo que facilita el corte.
Servir la tortilla de patata con queso rallado caliente, templada o fría, según tu gusto. Puedes acompañarla con una ensalada verde, pan con tomate o una salsa de alioli. ¡Y a disfrutar!
Variaciones y Consejos Adicionales
- Queso: Experimenta con diferentes tipos de queso. El queso de cabra, el queso azul o el queso ahumado pueden darle un toque muy interesante a la tortilla. También puedes añadir queso en lonchas en el centro de la tortilla, para que quede fundido al cortarla.
- Ingredientes adicionales: Puedes añadir otros ingredientes a la tortilla, como jamón serrano, chorizo, pimientos, champiñones o espinacas. Asegúrate de cocinarlos previamente antes de añadirlos a la mezcla de patatas y huevo.
- Textura: Si prefieres una tortilla más cremosa, puedes añadir una cucharada de nata líquida a la mezcla de huevos batidos. Si la prefieres más consistente, puedes añadir una cucharada de harina.
- Presentación: Para una presentación más elegante, puedes cortar la tortilla en porciones individuales y servirla sobre una cama de lechuga o rúcula. También puedes decorarla con unas hojas de perejil fresco o un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
- Conservación: La tortilla de patata con queso rallado se puede conservar en la nevera durante 2-3 días. Para recalentarla, puedes usar el microondas, el horno o la sartén.
- El tipo de patata: La elección de la patata es crucial. Variedades como la Monalisa o la Kennebec, que se deshacen ligeramente al freír, ofrecen una textura más cremosa. Evita las patatas nuevas, que suelen ser más acuosas.
- La importancia del aceite: No escatimes en aceite de oliva virgen extra de buena calidad. Afecta significativamente el sabor final. Considera usar un aceite de oliva con un sabor suave para no eclipsar los otros ingredientes.
- La cebolla: ¿Sí o no?: La cebolla es un tema divisivo. Si la usas, la variedad dulce es preferible. Pochala lentamente para que se caramelice ligeramente y aporte dulzor sin amargor.
- El punto del huevo: El punto ideal del huevo es subjetivo. Algunos prefieren una tortilla jugosa, con el centro poco cuajado, mientras que otros la prefieren más hecha. Experimenta hasta encontrar tu punto perfecto.
- El reposo: Un paso clave: Dejar reposar la mezcla de patatas y huevo durante unos minutos antes de cuajarla permite que las patatas absorban el sabor del huevo y que la tortilla quede más jugosa.
- La sartén adecuada: Utiliza una sartén antiadherente de buena calidad para evitar que la tortilla se pegue. El tamaño de la sartén debe ser acorde al tamaño de la tortilla.
- El truco del plato: Dar la vuelta a la tortilla puede ser un desafío. Utiliza un plato más grande que la sartén y sujétalo firmemente para evitar que la tortilla se caiga.
- La temperatura del fuego: Controla la temperatura del fuego durante la cocción. Un fuego demasiado alto quemará la tortilla por fuera y la dejará cruda por dentro. Un fuego demasiado bajo hará que la tortilla quede aceitosa.
- El toque final: Un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal en escamas justo antes de servir realzan el sabor de la tortilla.
- Consideraciones nutricionales: Si bien es deliciosa, la tortilla de patata con queso rallado es un plato calórico. Modera las porciones y acompáñala con una ensalada para equilibrar la comida.
- Alternativas para intolerantes: Si eres intolerante al gluten, asegúrate de que el queso rallado no contenga gluten. Si eres intolerante a la lactosa, puedes usar queso rallado sin lactosa.
- La tortilla como lienzo: La tortilla de patata es un lienzo en blanco para la creatividad culinaria. No tengas miedo de experimentar con diferentes ingredientes y sabores.
- La tortilla en la cultura española: La tortilla de patata es un plato emblemático de la gastronomía española. Se sirve en bares y restaurantes de todo el país y es un plato imprescindible en cualquier fiesta o celebración.
- El debate eterno: ¿Con o sin cebolla?: La eterna pregunta que divide a España. Prueba ambas versiones y decide cuál prefieres.
- Más allá de la receta: La tortilla de patata es más que una receta; es un símbolo de la cocina casera, del compartir y del disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
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