La lengua de res, un corte de carne que a menudo se pasa por alto, es un manjar culinario en muchas culturas. Aunque puede parecer intimidante al principio, la preparación adecuada de la lengua resulta en un plato tierno, sabroso y versátil. Esta guía detallada te proporcionará todos los conocimientos necesarios para cocer lengua a la perfección, desde la selección y limpieza hasta la cocción y el pelado, abarcando diferentes métodos y variaciones culturales.
El primer paso para una lengua cocida exitosa es la selección de un corte de calidad. Busca lenguas que sean firmes al tacto y tengan un color rojo rosado brillante. Evita las lenguas que presenten decoloración, manchas o un olor desagradable. El tamaño puede variar, pero generalmente una lengua de res pesa entre 1 y 1.5 kilogramos. Considera comprar lengua de proveedores confiables, como carnicerías locales o mercados especializados, donde puedas obtener información sobre la procedencia y frescura del producto.
Una limpieza meticulosa es esencial antes de cocer la lengua. Comienza enjuagando la lengua bajo agua fría corriente para eliminar cualquier residuo superficial. Luego, utiliza un cuchillo afilado para recortar el exceso de grasa, las glándulas salivales y cualquier tejido conectivo visible. Un paso opcional, pero recomendable, es remojar la lengua en agua fría durante al menos una hora, o incluso durante la noche en el refrigerador. Esto ayuda a extraer la sangre y las impurezas, lo que resulta en un sabor más limpio y suave.
Existen varios métodos para cocer la lengua, cada uno con sus propias ventajas. El método tradicional implica hervir la lengua en una olla grande con agua y condimentos. La olla de presión reduce significativamente el tiempo de cocción, mientras que la cocción lenta (slow cooker) produce una lengua extremadamente tierna y jugosa.
Una vez que la lengua esté cocida, el siguiente paso es pelarla. Este proceso es más fácil de realizar mientras la lengua está aún caliente. Retira la lengua del líquido de cocción y colócala sobre una tabla de cortar. Con un cuchillo afilado, haz un corte a lo largo de la parte superior de la lengua, desde la base hasta la punta. Luego, utiliza el cuchillo para aflojar la piel y, con los dedos, tira de ella para desprenderla completamente. Si la lengua está bien cocida, la piel se desprenderá con facilidad. Si encuentras resistencia, puedes sumergir la lengua en agua helada durante unos segundos para facilitar el pelado.
Después de pelar la lengua, déjala enfriar completamente antes de cortarla o utilizarla en tus preparaciones. Puedes guardarla en el refrigerador en un recipiente hermético durante 3 a 4 días. También puedes congelarla hasta por 2 meses. Si la congelas, envuélvela bien en papel film y luego en papel de aluminio para evitar quemaduras por congelación.
La lengua cocida se puede cortar de diferentes maneras, según el plato que vayas a preparar. Puedes cortarla en rodajas finas para tacos, sándwiches o ensaladas. También puedes cortarla en cubos para guisos, estofados o salsas. Antes de cortar, considera quitar la parte posterior de la lengua (la parte más cercana a la garganta), ya que puede ser un poco más dura y fibrosa. La lengua cocida absorbe bien los sabores, por lo que es un ingrediente versátil que se puede utilizar en una amplia variedad de platos.
Si bien los tacos de lengua son un plato popular y delicioso, las posibilidades culinarias de la lengua cocida son mucho más amplias. Aquí te presentamos algunas ideas:
La forma de cocer y preparar la lengua varía significativamente según la región y la cultura. En México, los tacos de lengua son muy populares, a menudo servidos con salsa verde o roja. En la cocina judía ashkenazi, la lengua se prepara a menudo en un guiso dulce y agrio con pasas y almendras. En la cocina francesa, la lengua se puede servir fría en rodajas finas con una salsa de mostaza o vinagreta. En la cocina filipina, la lengua (lengua estofada) se estofa en una rica salsa de tomate con champiñones, aceitunas y pimientos morrones. Estas son solo algunas de las muchas formas en que se disfruta la lengua alrededor del mundo.
Además de su sabor único, la lengua de res también ofrece varios beneficios nutricionales. Es una buena fuente de proteínas, vitaminas del grupo B (especialmente vitamina B12), hierro y zinc. La proteína es esencial para la construcción y reparación de tejidos, mientras que las vitaminas del grupo B son importantes para el metabolismo energético y la función nerviosa. El hierro es necesario para el transporte de oxígeno en la sangre, y el zinc es importante para el sistema inmunológico y la cicatrización de heridas. Sin embargo, la lengua de res también es relativamente alta en colesterol y grasas saturadas, por lo que se debe consumir con moderación como parte de una dieta equilibrada.
Cocer lengua puede parecer una tarea desafiante al principio, pero con esta guía paso a paso y un poco de práctica, podrás dominar el arte de preparar este delicioso y versátil corte de carne. Desde la selección de la lengua hasta su incorporación en una variedad de platos creativos, las posibilidades son infinitas. Disfruta explorando los sabores y texturas únicas que la lengua de res tiene para ofrecer.
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