Falafel casero: Cómo hacer falafel con garbanzos cocidos en minutos

El falafel, una delicia culinaria originaria de Oriente Medio, se ha ganado un lugar privilegiado en la gastronomía mundial. Aunque la receta tradicional a menudo implica el uso de garbanzos secos remojados, esta guía se centra en una versión simplificada y accesible: el falafel con garbanzos cocidos. Este enfoque no solo reduce significativamente el tiempo de preparación, sino que también permite disfrutar de un plato sabroso y nutritivo con ingredientes que suelen estar disponibles en la despensa.

¿Por qué usar garbanzos cocidos? Ventajas y consideraciones

Utilizar garbanzos cocidos en la receta de falafel presenta varias ventajas importantes:

  • Rapidez: El principal beneficio es, sin duda, la reducción drástica del tiempo de preparación. Evitamos las 24 horas de remojo necesarias para los garbanzos secos.
  • Conveniencia: Los garbanzos cocidos, ya sean enlatados o de bote, son un ingrediente básico en muchas cocinas y están fácilmente disponibles en supermercados.
  • Consistencia: Los garbanzos cocidos suelen tener una textura más uniforme que los garbanzos remojados y luego procesados, lo que puede facilitar la obtención de una masa de falafel homogénea.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta algunas consideraciones:

  • Humedad: Los garbanzos cocidos tienden a tener un mayor contenido de humedad que los garbanzos secos remojados. Esto puede afectar la textura final del falafel, haciéndolo más blando. Es crucial escurrir y secar bien los garbanzos antes de procesarlos. Algunas recetas incluso sugieren secarlos ligeramente en el horno.
  • Sabor: Algunos puristas argumentan que el sabor del falafel hecho con garbanzos secos remojados es superior al del falafel hecho con garbanzos cocidos. Si bien esto puede ser cierto, la diferencia suele ser sutil y fácilmente compensable con el uso de especias frescas y hierbas aromáticas.

Ingredientes esenciales para un falafel perfecto con garbanzos cocidos

La clave para un falafel delicioso reside en la calidad de los ingredientes y en el equilibrio de los sabores. Aquí tienes una lista de los ingredientes esenciales:

  • Garbanzos cocidos: 400 gramos (peso escurrido). Prioriza garbanzos de buena calidad, preferiblemente orgánicos, y asegúrate de escurrirlos y secarlos bien.
  • Cebolla: 1/2 cebolla mediana, picada finamente. La cebolla aporta sabor y humedad a la masa.
  • Ajo: 2-3 dientes de ajo, picados o prensados. El ajo es fundamental para el sabor característico del falafel.
  • Perejil fresco: Un buen manojo, picado finamente. El perejil no solo aporta frescura y sabor, sino también un color vibrante.
  • Cilantro fresco (opcional): Un manojo pequeño, picado finamente. El cilantro añade un toque cítrico y aromático que complementa al perejil. Si no te gusta el cilantro, puedes omitirlo o sustituirlo por más perejil.
  • Especias:
    • Comino molido: 1 cucharadita. El comino es una especia esencial en el falafel, aportando un sabor cálido y terroso.
    • Cilantro molido: 1/2 cucharadita. El cilantro molido intensifica el sabor del cilantro fresco.
    • Pimentón dulce: 1/2 cucharadita. El pimentón dulce añade un toque de color y un sabor sutilmente dulce.
    • Pimienta de cayena (opcional): Una pizca. Si te gusta el falafel picante, añade una pizca de pimienta de cayena.
    • Sal: Al gusto. Ajusta la cantidad de sal según tu preferencia.
  • Harina de garbanzo (o harina común): 1-2 cucharadas. La harina ayuda a ligar la masa y a absorber el exceso de humedad. Comienza con una cucharada y añade más si es necesario.
  • Bicarbonato de sodio: 1/2 cucharadita. El bicarbonato de sodio ayuda a que el falafel quede más ligero y esponjoso.
  • Zumo de limón: 1 cucharada. El zumo de limón ayuda a activar el bicarbonato de sodio y añade un toque de acidez que equilibra los sabores.
  • Aceite para freír: Suficiente para cubrir los falafel. Utiliza un aceite vegetal de sabor neutro, como aceite de girasol o aceite de canola. También puedes usar aceite de oliva virgen extra, aunque su sabor será más pronunciado.

Preparación paso a paso del falafel con garbanzos cocidos

  1. Preparación de los garbanzos: Escurre y seca bien los garbanzos cocidos. Puedes secarlos con papel de cocina o extenderlos en una bandeja y hornearlos a baja temperatura (unos 100°C) durante unos 15-20 minutos.
  2. Procesamiento de los ingredientes: En un procesador de alimentos, combina los garbanzos, la cebolla, el ajo, el perejil, el cilantro (si lo usas), las especias, la harina de garbanzo, el bicarbonato de sodio y el zumo de limón.
  3. Trituración: Tritura la mezcla hasta obtener una pasta homogénea, pero no la tritures demasiado, ya que podría quedar pegajosa. Debería tener una textura ligeramente granulada.
  4. Reposo: Transfiere la masa a un bol, cúbrela y déjala reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos. Esto permite que los sabores se mezclen y que la masa se endurezca ligeramente, lo que facilitará la formación de las bolas de falafel.
  5. Formación de los falafel: Saca la masa del refrigerador y forma pequeñas bolas (aproximadamente del tamaño de una nuez) con las manos. También puedes usar una cuchara para helado para obtener bolas más uniformes. Si la masa está demasiado pegajosa, humedece tus manos con agua fría.
  6. Fritura: Calienta el aceite en una sartén profunda o freidora a unos 180°C. Fríe los falafel en lotes, asegurándote de no sobrecargar la sartén. Cocina durante unos 3-5 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes.
  7. Escurrido: Retira los falafel de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  8. Servir: Sirve los falafel calientes, acompañados de pan de pita, salsa tahini, ensalada israelí, pepinillos encurtidos y otras guarniciones de tu elección.

Variaciones y consejos para un falafel aún más delicioso

  • Añade verduras ralladas: Incorpora zanahoria, calabacín o remolacha rallada a la masa para añadir humedad y nutrientes.
  • Experimenta con diferentes especias: Prueba a añadir otras especias como cardamomo, canela o nuez moscada para darle un toque diferente al falafel.
  • Hornea en lugar de freír: Si prefieres una opción más saludable, puedes hornear los falafel en lugar de freírlos. Precalienta el horno a 200°C, coloca los falafel en una bandeja para hornear y hornea durante unos 20-25 minutos, o hasta que estén dorados.
  • Prepara falafel al horno en freidora de aire: Una opción más saludable es cocinar los falafel en una freidora de aire. Precalienta la freidora a 200°C, coloca los falafel en la cesta y cocina durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén dorados.
  • Congela los falafel: Puedes congelar los falafel crudos o cocidos. Para congelarlos crudos, forma las bolas de falafel, colócalas en una bandeja y congélalas hasta que estén sólidas. Luego, transfiérelas a una bolsa o recipiente hermético y congélalas hasta por 3 meses. Para congelar los falafel cocidos, déjalos enfriar completamente, colócalos en una bolsa o recipiente hermético y congélalos hasta por 2 meses.
  • Acompañamientos creativos: Además de los acompañamientos tradicionales, prueba a servir los falafel con hummus, baba ghanoush, tzatziki, salsa de yogur y menta, o incluso con una simple ensalada de tomate y pepino.
  • Falafel mediterráneo: Prepara un falafel más mediterráneo añadiendo aceitunas negras picadas, tomates secos picados y queso feta desmenuzado a la masa.

El falafel en la cultura y la gastronomía

El falafel es mucho más que una simple receta; es un plato emblemático de la cocina de Oriente Medio, con una historia rica y un significado cultural profundo. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que el falafel se originó en Egipto hace siglos, como una forma de consumir habas y garbanzos durante la Cuaresma copta. Con el tiempo, el falafel se extendió por toda la región, adaptándose a los ingredientes y sabores locales.

Hoy en día, el falafel es un plato popular en todo el mundo, apreciado por su sabor delicioso, su versatilidad y su valor nutricional. Se puede encontrar en restaurantes de alta cocina, puestos de comida callejera y hogares familiares. El falafel es un símbolo de la cocina de Oriente Medio y un testimonio de la rica historia y diversidad cultural de la región.

Más allá de la receta: Explorando los matices del falafel

La receta de falafel es solo el punto de partida. Experimentar con diferentes ingredientes, especias y técnicas de cocción puede conducir a resultados sorprendentes y personalizados. No tengas miedo de adaptar la receta a tus propios gustos y preferencias. Lo más importante es disfrutar del proceso de creación y compartir el resultado con amigos y familiares.

El falafel es un plato que invita a la creatividad y a la experimentación. Desde la elección de los garbanzos hasta la selección de las especias y los acompañamientos, cada detalle contribuye a la creación de una experiencia culinaria única e inolvidable.

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