La figura del Viejito Pascuero, Santa Claus o Papá Noel, es omnipresente en la Navidad. Su imagen, un hombre corpulento, de barba blanca, vestido de rojo y repartiendo regalos, está grabada en la mente de niños y adultos por igual. Pero, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad en la conexión entre el Viejito Pascuero y la marca Coca-Cola? Profundicemos en la historia para separar los hechos de las leyendas.
Contrario a la creencia popular, Coca-Cola no inventó al Viejito Pascuero. Sus raíces se remontan a la figura histórica de San Nicolás de Bari, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad y bondad hacia los niños y necesitados. San Nicolás era venerado en Europa, especialmente en países como Holanda, donde se le conocía como Sinterklaas. Con el tiempo, la tradición de Sinterklaas se trasladó a América, donde evolucionó y se fusionó con otras costumbres y leyendas, dando origen a la figura que hoy conocemos como Santa Claus o Viejito Pascuero.
En el siglo XIX, autores y caricaturistas como Washington Irving y Thomas Nast contribuyeron a moldear la imagen del Viejito Pascuero. Nast, en particular, lo representó en numerosas ilustraciones para la revista Harper's Weekly, definiendo muchos de sus atributos característicos, como su residencia en el Polo Norte, su taller de juguetes y su lista de niños buenos y malos. Estas representaciones, aunque influyentes, presentaban a un Santa Claus con variados atuendos y colores, lejos aún de la imagen roja y blanca que asociamos con Coca-Cola.
A principios de la década de 1930, Coca-Cola buscaba una manera de impulsar sus ventas durante el invierno, una época tradicionalmente baja para el consumo de refrescos. La compañía se dio cuenta del potencial de asociar su marca con la Navidad y decidió utilizar la figura del Viejito Pascuero en sus campañas publicitarias.
En 1931, Coca-Cola contrató al ilustrador Haddon Sundblom para crear una imagen del Viejito Pascuero que fuera a la vez amigable, creíble y reconocible. Sundblom se inspiró en el poema "A Visit from St. Nicholas" (también conocido como "Twas the Night Before Christmas") de Clement Clarke Moore, que describía a un Santa Claus alegre y bonachón. Además, Sundblom tomó como modelo a su amigo Lou Prentiss, un vendedor jubilado, para darle un rostro humano y realista al personaje.
El resultado fue un Viejito Pascuero vestido con un traje rojo brillante, adornado con ribetes blancos, una barba blanca y una sonrisa cálida. Este Viejito Pascuero era corpulento, jovial y transmitía una sensación de alegría y generosidad. La elección del color rojo no fue arbitraria: era el color corporativo de Coca-Cola, lo que ayudaba a reforzar la asociación entre la marca y la figura navideña.
Las ilustraciones de Sundblom del Viejito Pascuero aparecieron en anuncios impresos de Coca-Cola durante más de tres décadas, desde 1931 hasta 1964. Estos anuncios tuvieron un impacto enorme en la cultura popular y ayudaron a consolidar la imagen moderna del Viejito Pascuero como un símbolo de la Navidad y la alegría familiar.
La campaña publicitaria de Coca-Cola con el Viejito Pascuero no solo impulsó las ventas de la bebida, sino que también transformó la percepción pública del personaje. Antes de Coca-Cola, el Viejito Pascuero era representado de diversas maneras, a veces incluso con atuendos verdes o marrones. La imagen de Sundblom, sin embargo, se convirtió en la representación dominante y en el estándar que la mayoría de la gente asocia con Santa Claus.
Además, la campaña de Coca-Cola contribuyó a popularizar la idea de que el Viejito Pascuero era un personaje bondadoso y preocupado por el bienestar de los niños. En los anuncios, se le veía entregando regalos, compartiendo Coca-Cola con las familias y esparciendo alegría en todas partes. Esta imagen positiva y familiar del Viejito Pascuero resonó con el público y ayudó a fortalecer su conexión emocional con la Navidad.
Si bien es cierto que Coca-Cola desempeñó un papel fundamental en la popularización y consolidación de la imagen moderna del Viejito Pascuero, es importante recordar que la compañía no lo inventó. El Viejito Pascuero es el resultado de una larga evolución histórica y cultural, que se remonta a las tradiciones europeas y se ha enriquecido con el aporte de diversos autores, artistas y publicistas.
La contribución de Coca-Cola radica en haber sabido capturar la esencia de la Navidad y haberla asociado a su marca de una manera inteligente y efectiva. La campaña del Viejito Pascuero fue un éxito rotundo porque apeló a las emociones y valores más importantes de la época navideña: la alegría, la generosidad, la familia y la esperanza.
Hoy en día, el Viejito Pascuero sigue siendo un símbolo poderoso de la Navidad, y su imagen está inextricablemente ligada a la marca Coca-Cola. Cada año, durante la época navideña, los anuncios de Coca-Cola con el Viejito Pascuero evocan recuerdos y emociones en personas de todas las edades, recordando la magia y el espíritu de la Navidad.
Aunque el color rojo se popularizó gracias a Coca-Cola, no fue la marca quien lo inventó para el Viejito Pascuero. Antes de 1931, Santa Claus ya aparecía en ilustraciones con atuendos rojos, aunque también en otros colores como verde, marrón e incluso azul. Sin embargo, la consistencia y la amplia difusión de la campaña de Coca-Cola consolidaron el rojo como el color distintivo del Viejito Pascuero en la imaginación colectiva.
El rojo, además, tiene connotaciones culturales poderosas. Se asocia con la alegría, la vitalidad, el calor y la celebración, elementos todos que encajan perfectamente con el espíritu navideño.
La imagen del Viejito Pascuero creada por Sundblom y popularizada por Coca-Cola logró resonar con audiencias diversas. Para los niños, representaba la magia y la ilusión de la Navidad, la promesa de regalos y la figura bondadosa que los recompensaba por su buen comportamiento. Para los adultos, evocaba recuerdos de la infancia, la nostalgia de las navidades pasadas y la importancia de los valores familiares.
Incluso para aquellos que no celebran la Navidad, la imagen del Viejito Pascuero se ha convertido en un símbolo de la generosidad y la buena voluntad, un recordatorio de la importancia de ayudar a los demás y de compartir lo que tenemos.
Es común caer en clichés al hablar del Viejito Pascuero y Coca-Cola. Es importante recordar que la relación es de influencia y consolidación, no de creación. También es erróneo pensar que el Viejito Pascuero es puramente un producto comercial. Si bien Coca-Cola lo utilizó para fines publicitarios, la figura tiene raíces culturales profundas y representa valores importantes.
Al analizar la historia del Viejito Pascuero y su relación con Coca-Cola, es fundamental aplicar el pensamiento crítico y considerar diferentes perspectivas. ¿Cómo habría evolucionado la imagen del Viejito Pascuero sin la influencia de Coca-Cola? ¿Qué otros factores contribuyeron a su popularidad? ¿Cómo ha cambiado la percepción del Viejito Pascuero a lo largo del tiempo y en diferentes culturas?
Explorar estas preguntas nos permite comprender mejor la complejidad de la historia y evitar simplificaciones excesivas. También nos invita a reflexionar sobre el poder de la publicidad y su capacidad para influir en la cultura y la sociedad.